ALIEN, EL OCTAVO PASAJERO (1979)
En el espacio nadie puede oír tus gritos
En 1979, en plena fiebre de la ciencia ficción tras el éxito de Star Wars (1977), el público esperaba aventuras espaciales luminosas, llenas de héroes y épicas batallas. En ese mismo contexto apareció Alien, el octavo pasajero, de Ridley Scott, una película que tomó la ambientación espacial para convertirla en un escenario de terror gótico y existencial. Lejos de la aventura fantástica, Alien era un viaje oscuro, angustiante y profundamente adulto, una obra que fusionaba lo mejor de dos géneros: el terror y la ciencia ficción.
La propuesta era sencilla en apariencia: “Tiburón en el espacio”. Sin embargo, lo que Scott, O’Bannon y Giger crearon fue mucho más que un simple ejercicio de suspense. Fue una reinvención del monstruo cinematográfico para el siglo XX, un relato cargado de simbolismos sexuales y corporales, con un diseño artístico perturbador que marcaría un antes y un después en el cine fantástico.
Sinopsis
La nave comercial Nostromo regresa a la Tierra tras una misión de transporte. Su tripulación despierta del hipersueño cuando el ordenador central, “Madre”, detecta una señal de socorro procedente de un planeta cercano.
El capitán Dallas, acompañado por Kane y Lambert, desciende a la superficie y descubre una nave alienígena abandonada. En su interior hallan una sala repleta de extraños huevos. Kane se acerca a uno de ellos y una criatura parásita, el facehugger, se adhiere a su rostro.
De regreso a la Nostromo, Ash, el oficial científico, permite la entrada del infectado a bordo pese a la oposición de Ripley, la oficial de tercera al mando. El parásito se desprende aparentemente sin consecuencias, pero durante una comida ocurre la escena más célebre: un alienígena estalla desde el pecho de Kane, matándolo brutalmente.
La criatura crece a un ritmo alarmante hasta convertirse en un monstruo biomecánico aterrador. La tripulación intenta darle caza en los estrechos pasillos del Nostromo, pero uno a uno van cayendo: Brett, Parker, Lambert e incluso el capitán Dallas. En medio de la desesperación, Ripley descubre un secreto: Ash es un androide programado por la corporación para salvaguardar al organismo extraterrestre, priorizando el hallazgo sobre la vida humana.
Con la tripulación diezmada, Ripley activa la autodestrucción de la Nostromo y escapa en la cápsula de emergencia. Cree haber vencido, pero el Alien ha logrado esconderse en el transbordador. En un clímax final de máxima tensión, Ripley consigue expulsarlo al espacio, quedando sola con el gato Jonesy en medio de un mar de estrellas.
Producción y rodaje
Orígenes del proyecto
El guionista Dan O’Bannon, tras su experiencia con John Carpenter en la paródica Dark Star (1974), quiso escribir una historia de terror seria en el espacio. Su colaboración con Ronald Shusett dio lugar a un guion titulado Star Beast, que acabaría transformándose en Alien. El elemento clave, sugerido por Shusett, fue la idea del parásito que implantaba un embrión en el cuerpo humano: la semilla del terror corporal.
La 20th Century Fox, tras el éxito de Star Wars, buscaba otro producto de ciencia ficción. Aunque el tono era radicalmente diferente, aceptaron producir Alien.
Ridley Scott
El proyecto pasó por varios directores hasta que cayó en manos de Ridley Scott. El joven director británico impresionó al estudio con un storyboard detallado que prometía una película visualmente poderosa, con un enfoque realista y claustrofóbico. Scott quería que el espectador sintiera el espacio como un entorno hostil, no como una aventura luminosa.
H. R. Giger y la criatura
El fichaje del artista suizo H. R. Giger fue decisivo. Sus diseños biomecánicos, de inspiración erótica y pesadillesca, dieron forma al xenomorfo, al facehugger y al chestburster, así como a la nave alienígena y la sala de los huevos. Su estilo único impregnó la película de una atmósfera enfermiza y sexual.
El traje del alien fue interpretado por Bolaji Badejo, un joven nigeriano de más de dos metros de altura, cuya delgadez y movimientos añadían una extraña elegancia a la criatura.
Rodaje
El rodaje se llevó a cabo en los Shepperton Studios, en Inglaterra. Los decorados del Nostromo ocupaban hangares completos, con corredores estrechos que reforzaban la sensación de encierro. Ridley Scott insistió en rodar con iluminación tenue, mucho humo y cámaras móviles que transformaban los pasillos en un laberinto opresivo.
La famosa escena del “chestburster” fue rodada con gran secretismo. Sólo John Hurt sabía exactamente lo que iba a ocurrir; el resto de actores desconocía la magnitud del efecto. Cuando la sangre falsa salió disparada, la reacción de sorpresa y repulsión fue completamente real, especialmente la de Veronica Cartwright, que gritó aterrorizada y se apartó con horror.
Estilo visual y narrativo
Alien es un ejemplo perfecto de cómo la puesta en escena define el tono de una película. Scott se apoyó en el diseño industrial de Ron Cobb para el Nostromo, con un aspecto de nave sucia y funcional, alejada de la brillante tecnología de Star Wars.
La influencia del expresionismo alemán y del terror gótico es clara: pasillos oscuros, espacios que parecen catacumbas, puertas que se cierran como rejas, la nave alienígena como una catedral biomecánica.
Narrativamente, la película avanza desde la calma rutinaria hasta el terror puro, en una escalada de suspense perfectamente medida. La falta de música en gran parte del metraje intensifica los sonidos ambientales: cadenas, compuertas, respiraciones, pitidos del ordenador.
Efectos especiales
Los efectos combinan técnicas tradicionales:
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Maquetas de la Nostromo rodadas con efectos ópticos.
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Animatronics para el facehugger y el chestburster.
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Cabeza mecánica del alien diseñada por Carlo Rambaldi, con mandíbula interior retráctil.
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Materiales orgánicos (vísceras de animales) para dar realismo a los huevos y a la criatura.
El resultado fue grotesco, visceral y absolutamente innovador.
Reparto
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Sigourney Weaver (Ripley): de secundaria a heroína inesperada, Ripley se convirtió en un nuevo arquetipo femenino: fuerte, racional y superviviente.
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Tom Skerritt (Dallas): capitán paternal y vulnerable.
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John Hurt (Kane): protagonista de la escena más icónica.
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Ian Holm (Ash): el androide con doble agenda, símbolo de la traición corporativa.
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Veronica Cartwright (Lambert): reacción humana de miedo y nerviosismo.
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Yaphet Kotto (Parker) y Harry Dean Stanton (Brett): mecánicos pragmáticos, que aportan humanidad y crítica social.
Música
Jerry Goldsmith compuso una partitura experimental, llena de sonidos extraños y texturas disonantes. Sin embargo, Ridley Scott decidió alterar gran parte de su música en el montaje final, sustituyendo pasajes por otras piezas. Esto provocó tensiones entre director y compositor. Aun así, la música mantiene un poder evocador y contribuye a la atmósfera de inquietud y soledad.
Temas y simbolismo
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Terror corporal: el alien penetra, fecunda y da a luz de manera violenta, reflejando miedos sexuales y de maternidad.
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La corporación: Weyland-Yutani simboliza el capitalismo deshumanizado, dispuesto a sacrificar vidas por el beneficio.
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El monstruo como espejo: el alien es una metáfora de lo incomprensible, del otro absoluto que desata nuestros miedos más primarios.
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Ripley como heroína: rompe estereotipos de género y se convierte en la primera gran protagonista femenina del cine de acción moderno.
Estreno y recepción
La película se estrenó el 25 de mayo de 1979 en EE. UU. y fue un éxito inmediato, recaudando más de 100 millones de dólares frente a un presupuesto de 11.
Recepción crítica inicial
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Variety: destacó la atmósfera y el diseño, aunque consideró lento el inicio.
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The New York Times: alabó los efectos, pero criticó la falta de profundidad en los personajes.
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Fotogramas (España, 1980): la definió como “un viaje aterrador que redefine el cine de ciencia ficción”.
Ganó el Óscar a Mejores Efectos Visuales y el BAFTA a Mejor Diseño de Producción.
Recepción internacional y censura
En algunos países europeos se censuraron imágenes explícitas de sangre en la secuencia del “chestburster”. En el Reino Unido fue objeto de debate parlamentario por su crudeza, y en España su estreno en 1980 vino acompañado de un aluvión de críticas sobre su violencia.
Críticas retrospectivas
Con el tiempo, Alien ha sido reconocida como obra maestra.
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Empire (2008): la situó entre las 100 mejores películas de la historia.
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The Guardian (2019, 40º aniversario): la definió como “un clásico feminista y un ensayo sobre el miedo existencial”.
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Sight & Sound (2012): subrayó su fusión perfecta de géneros.
Hoy es vista como la madre del terror espacial y una de las grandes obras de culto del siglo XX.
Curiosidades y anécdotas
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El lema publicitario “En el espacio nadie puede oír tus gritos” es uno de los más famosos de la historia del cine.
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Veronica Cartwright desconocía la magnitud del efecto en la escena del “chestburster”; su reacción es auténtica.
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Bolaji Badejo, el actor dentro del traje del alien, nunca volvió a actuar.
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El guion original no asignaba género a los personajes, lo que permitió un casting abierto y el hallazgo de Sigourney Weaver.
Merchandising e impacto cultural
El merchandising inicial fue discreto, pero incluyó cómics, novelas y una figura de acción de Kenner (1979) hoy muy buscada. En los 80 y 90, la franquicia explotó en cómics de Dark Horse, videojuegos (Alien Trilogy, Alien: Isolation) y figuras de coleccionismo.
El alien de Giger se convirtió en icono cultural, reproducido, parodiado y homenajeado en todo tipo de medios.
Legado e influencia
Alien inauguró una de las sagas más influyentes del cine, continuada con Aliens (1986), Alien³ (1992) y Alien: Resurrection (1997), además de precuelas como Prometheus (2012) y Alien: Covenant (2017).
El personaje de Ripley cambió para siempre el papel de la mujer en el cine de género. El diseño de Giger alteró la estética de la ciencia ficción. Y su fusión de horror y ciencia ficción abrió camino a innumerables películas y videojuegos posteriores.
Bibliografía / Fuentes
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O’Bannon, Dan. Alien Diaries.
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Jones, Alan. Ridley Scott: The Making of His Movies. Orion, 1985.
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Brooker, Will. Alien Zone. Verso, 1990.
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Documentales: The Beast Within: The Making of Alien (2003), Memory: The Origins of Alien (2019).
Conclusión
Alien, el octavo pasajero no es solo una película de ciencia ficción. Es una obra maestra que combina terror, simbolismo y un estilo visual inconfundible. Ridley Scott creó una atmósfera opresiva en la que el espacio se convierte en una prisión sin salida, y H. R. Giger diseñó un monstruo que se instaló en el imaginario colectivo para siempre.
La película explora miedos universales: la invasión del cuerpo, la violencia sexual, la maternidad monstruosa y la deshumanización corporativa. En Ripley halló un icono moderno: una mujer que sobrevive no por azar, sino por inteligencia, valor y tenacidad.
Cuarenta años después, sigue siendo un clásico atemporal, que conserva intacta su capacidad de inquietar y fascinar. Alien no solo nos recordó que en el espacio nadie puede oír nuestros gritos: nos mostró que el miedo más profundo siempre nace en nuestro interior.
LA PELÍCULA EN IMÁGENES
Ficha técnica
Título original: Alien
Título en español: Alien, el octavo pasajero
Año de estreno: 1979
País: Estados Unidos / Reino Unido
Idioma original: Inglés
Duración: 117 minutos (versión original), 116 (director’s cut, 2003)
Formato: Color, Panavision (2.35:1)
Clasificación: R (Restricted) por violencia y terror
Producción
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Estudios: 20th Century Fox / Brandywine Productions
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Productores: Gordon Carroll, David Giler, Walter Hill
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Presupuesto: aprox. 11 millones de dólares
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Recaudación: más de 185 millones de dólares en todo el mundo
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Rodaje: Shepperton Studios (Inglaterra), entre 1978 y 1979
Equipo creativo
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Director: Ridley Scott
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Guion: Dan O’Bannon (historia original de O’Bannon y Ronald Shusett)
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Fotografía: Derek Vanlint
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Montaje: Terry Rawlings, Peter Weatherley
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Música: Jerry Goldsmith
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Diseño de producción: Michael Seymour
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Dirección artística: Roger Christian, Les Dilley
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Efectos especiales: Brian Johnson, Nick Allder, Carlo Rambaldi (diseño del Alien adulto)
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Diseño de criaturas: H. R. Giger (ganador del Óscar por su trabajo)
Reparto principal
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Sigourney Weaver – Ellen Ripley
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Tom Skerritt – Dallas
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Veronica Cartwright – Lambert
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Harry Dean Stanton – Brett
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John Hurt – Kane
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Ian Holm – Ash
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Yaphet Kotto – Parker
Estreno y premios
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Estreno: 25 de mayo de 1979 (EE. UU.)
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Premios Óscar:
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Ganó: Mejores Efectos Visuales (1979)
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Nominada: Mejor Dirección Artística
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Otros: Saturn Award a Mejor Película de Ciencia Ficción y Mejor Actriz (Sigourney Weaver).
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Seleccionada en 2002 para preservación en el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso (EE. UU.).