EL PERRO DE LOS BASKERVILLE (1939)
Sherlock Holmes entra en el cine gótico
En 1939, en plena transición de Hollywood entre el cine de misterio de los años treinta y la inminente edad dorada del noir, la 20th Century-Fox estrenó una película que iba a redefinir para siempre la imagen de Sherlock Holmes en el cine: El perro de los Baskerville (The Hound of the Baskervilles), dirigida por Sidney Lanfield y protagonizada por Basil Rathbone y Nigel Bruce.
La novela homónima de Arthur Conan Doyle, publicada en 1902, era ya la obra más famosa del canon holmesiano. Había sido adaptada al cine mudo en varias ocasiones, destacando la versión alemana de 1929 dirigida por Richard Oswald. Sin embargo, la Fox supo ver el potencial de la historia como vehículo para relanzar al detective en la gran pantalla con actores de primera línea y un tono renovado: más oscuro, más gótico, más cercano al terror que al mero whodunit detectivesco.
El estudio tomó una decisión clave: contratar a Basil Rathbone, un actor británico de porte elegante, voz cortante y perfil aristocrático, cuya interpretación de Holmes se convertiría en la más influyente de la historia. A su lado, Nigel Bruce dio vida a un Doctor Watson jovial, torpe y bonachón, en contraste con la seriedad del detective. Aunque este Watson distaba del original literario —más competente y serio—, la pareja Rathbone-Bruce funcionó de maravilla en pantalla y se volvió icónica.
El perro de los Baskerville no solo inauguró la serie de Holmes con Rathbone, sino que además estableció un tono atmosférico y gótico que lo acerca al cine de terror. Los páramos de Dartmoor, la leyenda del sabueso infernal, la mansión maldita de los Baskerville: todos los elementos remiten a la tradición gótica europea, deudora del romanticismo y el expresionismo. Es, en cierto modo, un eslabón entre el ciclo de monstruos de Universal y el que décadas después iniciaría la Hammer en Inglaterra.
El éxito del film fue tal que la Fox rodó una segunda entrega ese mismo año, Las aventuras de Sherlock Holmes (1939). Después, Universal tomaría el relevo en los años cuarenta, trasladando al detective al presente y haciendo de Rathbone la encarnación definitiva de Holmes durante más de una década. Pero el origen de todo estuvo aquí: en estos páramos brumosos, en este perro espectral, en esta fusión entre el misterio detectivesco y la imaginería gótica.
Argumento
La leyenda del perro infernal
La película se abre con un prólogo en el pasado. La voz en off nos relata la maldición de los Baskerville: el cruel Hugo Baskerville, un noble depravado, secuestró a una campesina y la llevó a su mansión. Ella logró escapar y él salió a perseguirla con su jauría. En el páramo, fue encontrado muerto, desgarrado por un sabueso demoníaco. Desde entonces, la familia vive bajo la amenaza de que un perro infernal castiga a sus descendientes. La secuencia, filmada con luces expresionistas y atmósfera gótica, establece de inmediato el tono sobrenatural.
La llegada de Sir Henry
En el Londres victoriano, el doctor James Mortimer visita a Sherlock Holmes en el 221B de Baker Street. Le cuenta la historia de la maldición y la muerte reciente de Sir Charles Baskerville en el páramo. El heredero, Sir Henry Baskerville (Richard Greene), acaba de llegar de Canadá. Mortimer teme por su vida y pide ayuda a Holmes.
Holmes acepta el caso, aunque decide no acompañar de inmediato a Henry al páramo: enviará a Watson como su representante, mientras él investiga en secreto.
Baskerville Hall
Watson y Sir Henry viajan a Dartmoor. La mansión Baskerville Hall es majestuosa y sombría, rodeada de brumas y páramos desolados. Los criados, los Barrymore, se comportan de forma extraña. Por la noche, se oyen lamentos en los pasillos y misteriosos ruidos que aumentan la tensión.
Sir Henry conoce a Beryl Stapleton (Wendy Barrie), una joven que parece advertirle de un peligro oculto, pero que luego se muestra evasiva. Su hermano, Jack Stapleton (Lionel Atwill), se presenta como un naturalista afable, interesado en los insectos del páramo.
El espectro en el páramo
Watson explora los alrededores. Escucha el aullido sobrecogedor de un perro en la distancia, y ve la silueta de un hombre extraño que ronda los páramos. Más tarde descubrirá que se trata de un convicto fugado, oculto en las colinas, protegido en secreto por los Barrymore.
En paralelo, Sir Henry empieza a sentirse atraído por Beryl Stapleton, lo que despierta tensiones en su entorno.
El regreso de Holmes
Cuando la situación se complica, Holmes revela que en realidad ha estado en el páramo todo el tiempo, siguiendo la investigación de manera encubierta. Descubre que Jack Stapleton es en realidad un Baskerville ilegítimo que pretende heredar la fortuna familiar. Para lograrlo, utiliza un perro gigantesco entrenado para aterrorizar y matar a Sir Henry, aprovechando la leyenda del sabueso infernal.
El clímax
En la secuencia final, Sir Henry es atraído al páramo de noche. De pronto, entre la niebla, aparece el sabueso, un enorme perro con colmillos brillantes, que lo ataca. Holmes y Watson acuden justo a tiempo: disparan al animal y lo matan. Stapleton huye por el páramo, pero cae en las arenas movedizas y muere atrapado por el fango, víctima de su propia ambición.
Holmes revela los detalles: el perro había sido pintado con fósforo para hacerlo brillar en la oscuridad, creando la ilusión de un espectro demoníaco. La maldición era en realidad un crimen meticulosamente planificado.
El film concluye con Holmes recordando a Watson que la superstición solo se vence con la razón, y que tras el misterio siempre hay una explicación lógica.
Recepción y censura
En su estreno en 1939, El perro de los Baskerville fue un éxito de crítica y público. La prensa elogió la interpretación de Basil Rathbone, cuyo Holmes se convirtió de inmediato en referencia indiscutible. Nigel Bruce dividió opiniones: algunos lo consideraban un alivio cómico excesivo, pero la mayoría celebró la química entre ambos.
El film no tuvo problemas de censura mayores, aunque en algunos países europeos se suavizó la violencia del prólogo y los planos más agresivos del perro. La atmósfera sobrenatural y el final racionalista ayudaron a legitimar la historia como entretenimiento gótico, más que como terror puro.
El éxito fue tal que la Fox produjo una segunda película ese mismo año, Las aventuras de Sherlock Holmes, consolidando a Rathbone y Bruce en los papeles. Poco después, Universal compraría los derechos y realizaría una larga serie de adaptaciones entre 1942 y 1946, trasladando a Holmes a la Segunda Guerra Mundial.
Análisis temático
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Razón vs. superstición: el núcleo de la historia de Conan Doyle se conserva: Holmes encarna la razón científica frente a la superstición popular.
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Atmósfera gótica: mansión ancestral, páramos brumosos, maldición familiar y animal demoníaco remiten directamente al género de terror gótico.
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La herencia maldita: la idea de la sangre Baskerville condenada por un pecado ancestral conecta con la literatura romántica y la tragedia clásica.
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El sabueso como símbolo: no es un monstruo sobrenatural, sino una bestia manipulada, metáfora de los temores irracionales que ciegan a los hombres.
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Holmes como héroe moderno: su victoria es la de la lógica y la ciencia frente a las sombras de la ignorancia.
Curiosidades
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Fue la primera película sonora de Sherlock Holmes producida en Hollywood.
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Basil Rathbone fue elegido tras barajarse a otros actores británicos como George Sanders.
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El perro utilizado en el rodaje era un gran danés entrenado, maquillado con fósforo para brillar bajo la luz.
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La niebla artificial en los estudios de Fox creó una atmósfera inolvidable que influyó en futuros films góticos.
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Rathbone y Bruce interpretaron juntos a Holmes y Watson en 14 películas posteriores, además de en radio.
Restauraciones
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El film circuló en copias incompletas durante décadas.
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En los años 70 y 80 fue recuperado en televisión, ganando prestigio en retrospectivas de Sherlock Holmes.
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Actualmente se conserva en buenas condiciones, disponible en DVD y Blu-ray, aunque no siempre en restauraciones tan cuidadas como las de Universal.
Herencia cultural
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La interpretación de Rathbone fijó la imagen canónica de Holmes en el cine: capa, gorra de cazador, pipa curva.
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Influenció a adaptaciones posteriores, desde las versiones de Hammer en los años 50 y 60 hasta reinterpretaciones modernas.
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Consolidó el mito de que El perro de los Baskerville es “la historia definitiva” de Holmes, la más adaptable al cine.
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Su atmósfera gótica anticipa el estilo que Hammer explotaría dos décadas después.
Bibliografía y fuentes
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Barnes, Alan. Sherlock Holmes on Screen. Titan Books, 2011.
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Clarens, Carlos. An Illustrated History of the Horror Film. Putnam, 1967.
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Parish, James Robert. The MGM Stock Company. Arlington, 1973.
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Archivos de prensa de The New York Times y Variety (1939).
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Materiales de la 20th Century Fox sobre la producción y rodaje.
Conclusión
El perro de los Baskerville (1939) no es solo una adaptación más de Conan Doyle. Es la película que definió para siempre cómo debía sonar, moverse y pensar Sherlock Holmes en el cine. Basil Rathbone encarnó al detective con tal precisión que aún hoy, más de ochenta años después, muchos lo consideran “el verdadero Holmes”.
La película, además, supo combinar dos tradiciones: el misterio racionalista y el cine gótico. Los páramos envueltos en bruma, el perro fosforescente, la maldición ancestral… todo remite al terror. Pero la resolución final devuelve a la razón su triunfo sobre la superstición. Esa tensión entre lo irracional y lo lógico es lo que hace de esta historia algo más que un simple caso detectivesco: es un mito moderno.
Su importancia radica también en lo cinematográfico. Fue el puente entre las producciones de misterio de los años treinta y la gran serie de Holmes de los cuarenta. Sin este film, probablemente no tendríamos ni la saga de Universal ni la larga estela de adaptaciones posteriores.
Hoy, El perro de los Baskerville sigue siendo un clásico indiscutible, no solo para los aficionados a Holmes, sino para todo amante del cine gótico y del misterio. Su vigencia es clara: nos recuerda que, aunque las sombras del miedo siempre acechan, la luz de la razón puede disiparlas.
Con El perro de los Baskerville, el cine no solo adaptó una gran novela de Conan Doyle: creó la imagen definitiva de Sherlock Holmes en pantalla y lo unió para siempre al imaginario gótico del cine clásico.
LA PELÍCULA EN IMÁGENES
Ficha técnica
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Título original: The Hound of the Baskervilles
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Título en España: El perro de los Baskerville
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Año: 1939
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País: Estados Unidos
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Dirección: Sidney Lanfield
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Guion: Ernest Pascal, basado en la novela de Arthur Conan Doyle
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Música: David Buttolph
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Fotografía: J. Peverell Marley
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Reparto: Basil Rathbone (Sherlock Holmes), Nigel Bruce (Dr. Watson), Richard Greene (Sir Henry Baskerville), Wendy Barrie (Beryl Stapleton), Lionel Atwill (Dr. Mortimer), John Carradine (Barrymore)
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Productora: 20th Century-Fox
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Duración: 80 minutos
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Estreno: 31 de marzo de 1939 (EE.UU.)