LA LEYENDA DE LA CASA DEL INFIERNO (1973)

Richard Matheson y el terror de las mansiones embrujadas

En 1973, el cine de terror británico atravesaba una transición. La Hammer, que había dominado el género durante dos décadas con sus vampiros y Frankenstein, empezaba a declinar ante el auge de un nuevo tipo de terror más realista y psicológico. En este contexto surgió La leyenda de la casa del infierno (The Legend of Hell House), adaptación de la novela homónima de Richard Matheson publicada en 1971.

La película, dirigida por John Hough y producida por la 20th Century Fox, se inscribe en la tradición de las “haunted house stories”, las historias de mansiones embrujadas que hunden sus raíces en la literatura gótica y que habían encontrado en el cine ejemplos magistrales como La caída de la casa Usher (1928, 1960) o The Haunting (1963). Sin embargo, Matheson aportó un enfoque más moderno, en el que ciencia y ocultismo se enfrentan en un mismo relato, acompañado de un trasfondo sexual y perverso que la distancia del clasicismo elegante de Robert Wise.

Con una estética sobria, un reparto reducido y un guion que mezcla lo sobrenatural con la psicología de los personajes, La leyenda de la casa del infierno se consolidó como uno de los clásicos del terror británico de los 70. Aunque nunca alcanzó la popularidad de El exorcista (estrenada ese mismo año), su influencia en el subgénero de casas encantadas fue considerable y su atmósfera malsana sigue perturbando décadas después.


Argumento

El encargo

El rico excéntrico Sr. Deutsch, anciano y enfermo, contrata a un equipo para investigar la existencia de la vida después de la muerte. Para ello elige como escenario la mansión Belasco, conocida como la “Casa del Infierno”, un lugar donde se cometieron atrocidades inimaginables y donde murieron decenas de personas en circunstancias misteriosas.

El equipo está compuesto por:

  • Dr. Lionel Barrett (Clive Revill): físico que busca explicar los fenómenos paranormales con teorías científicas.

  • Ann Barrett (Gayle Hunnicutt): su esposa, que lo acompaña pero empieza a ser influida por la energía de la casa.

  • Florence Tanner (Pamela Franklin): médium espiritualista, convencida de la presencia de espíritus.

  • Ben Fischer (Roddy McDowall): médium físico, único superviviente de un intento anterior de investigar la mansión.

La entrada en la casa

Desde el primer momento, la mansión Belasco impone su atmósfera. Se trata de un edificio sombrío, aislado, cargado de una energía invisible que afecta a los visitantes. Fischer advierte de que la casa es “el Everest de las casas embrujadas” y que sobrevivir allí será casi imposible.

Manifestaciones sobrenaturales

Los fenómenos comienzan pronto: ruidos, ataques físicos invisibles, objetos que se mueven. Florence asegura que es el espíritu de Daniel Belasco, hijo del antiguo propietario, quien atormenta la casa. Barrett, en cambio, insiste en que todo puede explicarse por energías residuales y fuerzas electromagnéticas.

Ann, la esposa del científico, empieza a experimentar deseos sexuales incontrolables, inducidos por la influencia de la mansión. En una de las secuencias más inquietantes, intenta seducir a Fischer, lo que demuestra la capacidad de la casa para manipular los impulsos más oscuros.

El enfrentamiento con la casa

Florence, convencida de que puede liberar el espíritu atrapado, realiza sesiones espiritistas que terminan en ataques violentos. La médium es herida por fuerzas invisibles y, poco a poco, empieza a ser poseída. Fischer, traumatizado por su experiencia anterior, intenta mantenerse al margen, pero la presión de la casa lo arrastra de nuevo al conflicto.

Barrett, decidido a probar su teoría científica, prepara una máquina para neutralizar la energía de la mansión. Sin embargo, el experimento fracasa y la tensión entre la explicación racional y la sobrenatural llega a su punto álgido.

La revelación final

En el clímax, se revela la verdad: el espíritu que domina la casa no es Daniel, sino el propio Emeric Belasco, el sádico propietario que convirtió la mansión en un lugar de orgías, torturas y asesinatos. Su espíritu, alimentado por la crueldad, había manipulado a todos para perpetuar su dominio.

Finalmente, Fischer logra enfrentarse a Belasco y desafiarlo, descubriendo que su aparente poder era también una ilusión: una mezcla de energía psíquica y manipulación. La casa queda “limpia”, pero a un precio terrible para el grupo.


Recepción y censura

En su estreno, La leyenda de la casa del infierno fue recibida con opiniones encontradas. Algunos críticos la alabaron como una digna heredera de The Haunting, más explícita y moderna; otros la consideraron sensacionalista y excesiva.

En comparación con El exorcista, estrenada ese mismo año, su repercusión fue menor, pero se convirtió en un clásico de culto, especialmente entre los aficionados al terror británico.

No sufrió una censura tan severa como otras películas de la época, aunque varias escenas de connotación sexual fueron consideradas controvertidas en algunos países.


Producción y rodaje

  • Director: John Hough, que venía de trabajar en cine de aventuras y televisión.

  • Guion: Richard Matheson, adaptando su propia novela.

  • Producción: James H. Nicholson para 20th Century Fox.

  • Fotografía: Alan Hume, con una estética sombría y opresiva.

  • Música: Delia Derbyshire y Brian Hodgson (conocidos por su trabajo experimental en la BBC Radiophonic Workshop).

  • Rodaje: se realizó en Hertfordshire, Inglaterra, en mansiones reales combinadas con decorados de estudio.

  • Presupuesto: modesto, lo que obligó a un uso intensivo de atmósfera y sonido en lugar de efectos visuales caros.


Análisis temático

  • Ciencia vs. fe: Barrett representa la visión racional, mientras Florence encarna lo espiritual. La película muestra la tensión entre ambas, sin dar una respuesta definitiva.

  • La casa como ente maligno: más que un escenario, la mansión Belasco actúa como un personaje, manipulando y corrompiendo a los visitantes.

  • El poder de la sexualidad reprimida: la influencia de la casa libera deseos ocultos, especialmente en Ann, en un reflejo de la represión sexual británica.

  • El trauma del superviviente: Fischer simboliza el miedo heredado, el que queda marcado de por vida por experiencias extremas.

  • Herencia gótica: aunque moderna, la película mantiene elementos del gótico clásico: mansión aislada, espectros, maldición familiar.


Curiosidades

  • Roddy McDowall, famoso por El planeta de los simios, aportó prestigio internacional al reparto.

  • Richard Matheson se inspiró en parte en The Haunting of Hill House de Shirley Jackson, pero quiso hacer una versión más violenta y contemporánea.

  • En la novela original, la violencia y el sexo eran más explícitos; el film suavizó algunos pasajes, aunque mantuvo el trasfondo sádico.

  • El espíritu de Emeric Belasco fue inspirado en figuras históricas de excesos y crueldad, como Gilles de Rais o el Marqués de Sade.


La casa en la tradición del género

La mansión Belasco se une a una larga tradición de casas embrujadas en el cine y la literatura. Desde La caída de la casa Usher hasta The Amityville Horror, el motivo de la casa como símbolo de la psique humana y de los pecados ocultos se ha repetido constantemente. En este caso, Matheson aporta un trasfondo de violencia sexual y represión, que convierte a la mansión en un infierno íntimo y personal.


Comparación con The Haunting

  • The Haunting (1963) es sugerente, psicológica y nunca muestra nada explícito.

  • La leyenda de la casa del infierno apuesta por la confrontación directa: golpes físicos, posesiones y un trasfondo depravado.

  • Ambas comparten la idea de que la casa refleja los miedos y deseos de quienes la habitan, pero la británica de 1973 lo hace con un tono más duro y menos poético.


Bibliografía y fuentes

  • Matheson, Richard. Hell House (1971).

  • Entrevistas con John Hough en Fangoria.

  • Documental Hell Houses: Haunted Mansions in Horror Cinema (BBC, 1999).

  • Ensayos críticos en Cinefantastique y Sight & Sound.


Conclusión

La leyenda de la casa del infierno es una de las mejores películas de casas encantadas de los años 70 y un título clave para entender la evolución del terror británico más allá de Hammer. Richard Matheson aportó un guion sólido, en el que ciencia y fe chocan dentro de una mansión que encarna la perversión y el mal absoluto.

Si bien no alcanzó la fama de El exorcista, su atmósfera malsana, sus interpretaciones y su trasfondo perturbador la han convertido en una obra de culto que sigue viva entre los aficionados. Su influencia se percibe en títulos posteriores de casas malditas y en la forma en que el cine de terror representó el sexo y la violencia reprimida.

En el contexto de tu blog, esta película aporta una pieza valiosa: un puente entre el terror gótico clásico y el moderno, entre la sugerencia elegante de The Haunting y la crudeza posterior de los 80. La mansión Belasco es, en definitiva, uno de los escenarios más memorables del género. Una de las mejores historias de mansiones embrujadas del cine, con un trasfondo perverso y oscuro que la diferencia de sus predecesoras y la convierte en clásico de culto.


LA PELÍCULA EN IMÁGENES















Ficha técnica

  • Título original: The Legend of Hell House

  • Título en España: La leyenda de la casa del infierno

  • Año: 1973

  • País: Reino Unido

  • Dirección: John Hough

  • Guion: Richard Matheson, basado en su novela Hell House (1971)

  • Fotografía: Alan Hume

  • Música: Delia Derbyshire, Brian Hodgson

  • Reparto: Roddy McDowall (Ben Fischer), Pamela Franklin (Florence Tanner), Clive Revill (Dr. Lionel Barrett), Gayle Hunnicutt (Ann Barrett)

  • Productora: Academy Pictures / Fox

  • Duración: 95 min

  • Estreno: junio de 1973 (Reino Unido), diciembre de 1974 (España)