LA NOCHE DE WALPURGIS (1971)
El hombre lobo español conquista el mundo
En los años 70, el cine de terror europeo vivía una explosión de creatividad. La Hammer británica empezaba a declinar, Italia aportaba títulos giallo cada vez más estilizados, y España irrumpía en el panorama internacional gracias a Paul Naschy, verdadero pionero y embajador del terror hispano.
La noche de Walpurgis es la cuarta película de la saga de Waldemar Daninsky, el atormentado hombre lobo interpretado por Naschy. Sin embargo, fue la que marcó un punto de inflexión: supuso su consagración internacional, un fenómeno de taquilla inesperado y el inicio del auténtico “boom” del terror español.
Con su mezcla de erotismo, vampirismo gótico y la figura trágica del hombre lobo, esta película conectó de lleno con el público de la época, sediento de nuevas emociones. Naschy se consolidó como icono mundial del género, llevando el nombre de España a festivales y pantallas de medio mundo.
Sinopsis
Dos estudiantes, Elvira y Genevieve, viajan a Transilvania para investigar antiguas leyendas vampíricas. En su periplo descubren las ruinas del castillo de la Condesa Wandesa Dárvula de Nadasdy (Patty Shepard), una aristócrata húngara ejecutada siglos atrás bajo la acusación de brujería y vampirismo.
Sin saberlo, las jóvenes despiertan el poder de Wandesa al realizar un ritual que devuelve la vida a la condesa, sedienta de sangre para recuperar todo su poder.
En su huida, Elvira y Genevieve conocen a Waldemar Daninsky, un hombre enigmático que guarda un secreto maldito: cada luna llena se transforma en hombre lobo. A pesar de ello, Waldemar intenta protegerlas de Wandesa, iniciando una lucha desesperada contra las fuerzas vampíricas.
El clímax llega con el enfrentamiento entre Daninsky transformado en licántropo y la vampira Wandesa, en un duelo cargado de tensión y violencia. Como en todas las películas de la saga, el destino del hombre lobo es trágico: solo la muerte puede poner fin a su maldición.
Contexto de producción
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Paul Naschy, motor creativo: Jacinto Molina, bajo el pseudónimo Paul Naschy, escribió el guion, protagonizó la cinta y diseñó gran parte de la mitología de Waldemar Daninsky. Su objetivo era fusionar el mito clásico del hombre lobo con el atractivo gótico de las vampiras.
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Coproducción estratégica: la colaboración con Alemania aseguraba financiación y distribución internacional, clave para que la película llegara a mercados como el alemán y el estadounidense.
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Dirección de León Klimovsky: cineasta argentino afincado en España, especializado en rodajes rápidos y efectivos, que se convirtió en colaborador habitual de Naschy en varias entregas posteriores.
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Patty Shepard como condesa vampira: su imagen se convirtió en icono del terror europeo, rivalizando en sensualidad y magnetismo con las vampiresas de la Hammer.
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Música de Antón García Abril: aportó un aire inquietante y lírico, con temas melódicos que reforzaban la atmósfera gótica.
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Rodaje veloz: como era costumbre en el género, se filmó en pocas semanas con escenarios limitados pero bien aprovechados, principalmente castillos y localizaciones boscosas en España.
Estilo visual y narrativo
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Terror gótico a la española: la película bebe de la estética de la Hammer, con castillos, criptas y cementerios, pero añade un toque mediterráneo más sensual y violento.
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Erotismo y violencia: el cine de terror de los 70 apostaba por una mezcla de sexualidad y sangre que resultaba irresistible para el público internacional.
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El hombre lobo trágico: Naschy dotó a Waldemar Daninsky de un aura melancólica, un héroe condenado por su propia naturaleza.
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Enfrentamiento de monstruos: siguiendo la tradición de Universal (House of Frankenstein, House of Dracula), la cinta ofrecía al público el espectáculo de ver vampiros y hombres lobo en pantalla juntos.
Temas y simbolismo
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La maldición del destino: Waldemar representa la condena del hombre marcado por un mal que no puede controlar, metáfora del lado oscuro de la humanidad.
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Eros y Tánatos: la unión entre sexualidad y muerte, típica del terror europeo de los 70, se expresa en las escenas de Wandesa seduciendo y devorando a sus víctimas.
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El mito centroeuropeo: aunque rodada en España, recrea un imaginario de Transilvania y leyendas húngaras que conectaban con el público internacional.
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Identidad monstruosa: el hombre lobo como metáfora del desgarro entre civilización y animalidad, un tema recurrente en la saga de Naschy.
Recepción
El estreno de La noche de Walpurgis fue un auténtico fenómeno. En España funcionó muy bien en taquilla, pero donde alcanzó mayor repercusión fue en Alemania, donde se convirtió en un gran éxito, y en Estados Unidos, donde se estrenó en autocines bajo el título Werewolf Shadow.
La crítica de la época fue tibia: muchos la vieron como simple cine de explotación, pero el público respondió con entusiasmo. Con el tiempo, se ha revalorizado como una de las cumbres del “eurohorror” de los 70.
En España, además, contribuyó a abrir el camino para que otras productoras apostaran por el género, inaugurando lo que se conoció como el boom del terror español.
Legado e influencia
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La consagración de Naschy: consolidó a Paul Naschy como estrella internacional del cine fantástico, comparado con actores como Christopher Lee o Peter Cushing.
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Inicio del boom del terror español: animó a productoras como Profilmes a invertir en más títulos de terror, generando una abundante producción en los 70.
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Icono del eurohorror: junto al cine de la Hammer y el giallo italiano, esta película colocó a España en el mapa del terror europeo.
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Influencia posterior: Waldemar Daninsky regresaría en varias secuelas y Naschy se convirtió en figura de culto, homenajeado en festivales y retrospectivas.
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Presencia en la cultura popular: La noche de Walpurgis sigue siendo proyectada en ciclos de cine fantástico y editada en colecciones internacionales, recordada como la película más influyente del cine de terror español clásico.
Conclusión
La noche de Walpurgis (1971) no solo es la mejor película de Paul Naschy, sino también el título que consagró al cine fantástico español en el panorama internacional. Con sus atmósferas góticas, su mezcla de erotismo y horror, y la figura trágica de Waldemar Daninsky, logró conectar con un público que buscaba nuevas emociones más allá de los clichés de Hollywood.
Hoy, más de cinco décadas después, sigue siendo la gran obra maestra del terror español clásico y una referencia obligada en la historia del género. Paul Naschy demostró que España también podía crear monstruos universales y que el hombre lobo, bajo su piel, podía tener acento español.
LA PELÍCULA EN IMÁGENES
Ficha técnica ampliada
Título original: La noche de Walpurgis
Títulos internacionales: Werewolf Shadow, Shadow of the Werewolf
Año de estreno: 1971
País: España / Alemania Occidental
Idioma original: Español
Duración: 91 minutos
Formato: Color, 1.66:1
Clasificación: Mayores de 18 años en su estreno
Producción
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Estudio: Profilmes (España) en coproducción con Karl-Heinz Mannchen Filmproduktion (Alemania)
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Productor: José Antonio Pérez Giner
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Presupuesto: bajo, con financiación compartida entre España y Alemania
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Estreno en cines: 1971 (España), 1972 (internacional)
Equipo creativo
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Director: León Klimovsky
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Guion: Jacinto Molina (Paul Naschy)
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Fotografía: Francisco Sánchez
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Montaje: Antonio Ramírez de Loaysa
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Música: Antón García Abril
Reparto principal
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Paul Naschy – Waldemar Daninsky / Hombre Lobo
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Gaby Fuchs – Elvira
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Barbara Capell – Genevieve
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Patty Shepard – Condesa Wandesa Dárvula de Nadasdy
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Andrés Resino – Inspector de policía
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José Marco – Profesor Indalecio
Estreno
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Estreno: 1971 (España)
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Premios: no recibió galardones oficiales, pero fue un rotundo éxito internacional, especialmente en Alemania, Francia y EE. UU., convirtiéndose en la película más taquillera de la carrera de Paul Naschy.