¿QUIÉN PUEDE MATAR A UN NIÑO? (1976)

El terror a plena luz del día

En 1976, el cine español vivía un momento clave: en plena transición política, el país experimentaba un estallido de libertades artísticas tras décadas de censura franquista. Narciso “Chicho” Ibáñez Serrador, ya consolidado como maestro del terror televisivo gracias a Historias para no dormir y como director cinematográfico con La residencia (1969), decidió arriesgarse con un proyecto incómodo y provocador: ¿Quién puede matar a un niño?.

La película parte de una premisa sencilla pero perturbadora: unos niños que asesinan a los adultos en una isla apartada. Sin embargo, bajo esa idea late una reflexión mucho más profunda sobre la violencia, la inocencia perdida y la herencia que los adultos transmiten a sus hijos. Con su planteamiento, Ibáñez Serrador desafió al espectador a responder la pregunta más incómoda posible: ¿seríamos capaces de matar a un niño si ese acto significara salvar nuestras vidas?


Argumento

El film comienza con una serie de imágenes documentales estremecedoras: secuencias en blanco y negro de guerras, hambrunas y genocidios del siglo XX (Segunda Guerra Mundial, la guerra de Vietnam, conflictos en India y África). Este prólogo funciona como declaración de intenciones: los adultos son responsables de un mundo marcado por la violencia y la barbarie.

Tras este arranque, la narración se centra en una pareja británica de vacaciones en España: Tom y Evelyn, que esperan a su tercer hijo. Después de pasar por la turística localidad de Benavis, bulliciosa y abarrotada de veraneantes, deciden viajar a la pequeña isla de Almanzora, atraídos por su tranquilidad.

Al llegar, descubren que la isla está desierta de adultos. Las calles están silenciosas, las casas abiertas y vacías, las tiendas abandonadas. Solo ven a niños que los observan a distancia, sonríen con malicia y juegan con un aire inquietante. Poco a poco, Tom y Evelyn descubren la aterradora verdad: los niños han asesinado a sus padres y a todos los adultos de la isla.

La pareja intenta escapar, pero queda atrapada en una espiral de violencia. Evelyn, embarazada, se convierte en blanco de una amenaza aún mayor, pues los niños parecen interesados en la vida que lleva dentro. Tom, atrapado entre la moral y la supervivencia, comprende que la única salida sería usar la violencia contra los pequeños… algo que la conciencia le impide hacer.

El clímax es tan perturbador como inevitable: la violencia de los niños se extiende, Evelyn sucumbe a su fragilidad y Tom acaba atrapado por un dilema imposible. El mal no se detiene y se intuye que pronto alcanzará al continente.


Contexto histórico y cultural

El estreno de ¿Quién puede matar a un niño? coincide con un momento de transformación social en España. Con la muerte de Franco en 1975, los cineastas empezaban a experimentar con temas prohibidos: la represión, la violencia, la sexualidad, los tabúes morales.

El film de Ibáñez Serrador se inserta en esta corriente, pero con una ambición distinta: no se limita a romper tabúes, sino que ofrece una alegoría universal sobre la violencia heredada. Los niños, tradicional símbolo de inocencia, aparecen como producto de los errores de los adultos. El prólogo documental enlaza la historia con la memoria de las guerras mundiales y las dictaduras, convirtiendo la trama en un espejo oscuro de la realidad histórica.

En ese sentido, la película es también hija de su tiempo: los años 70 fueron terreno fértil para un terror más social y político (La noche de los muertos vivientes, Amenaza en la sombra, El exorcista). Ibáñez Serrador supo insertar su obra en esta corriente internacional sin perder su raíz española.


Producción y rodaje

La idea surgió de la novela El juego de los niños (1976), de Juan José Plans, publicada poco antes del estreno del film. Ibáñez Serrador tomó la premisa básica, pero introdujo cambios notables, incluyendo el prólogo documental y la figura de Evelyn embarazada, que potencia el dilema moral.

El rodaje se desarrolló en diferentes localizaciones:

  • Menorca y Sitges para las escenas costeras.

  • Málaga para los interiores y parte de las calles.

  • Se recrearon elementos del ficticio pueblo de Almanzora, un mosaico de enclaves mediterráneos.

La fotografía corrió a cargo de José Luis Alcaine, futuro maestro del cine español (colaborador de Almodóvar, Saura, Trueba). Alcaine apostó por una luz intensa y colores saturados, en contraste con lo habitual en el cine de terror. La violencia ocurría a plena luz del sol, lo que hacía aún más perturbador el resultado.

La música fue compuesta por Waldo de los Ríos, que creó una partitura inquietante, donde las melodías infantiles se mezclan con tonos disonantes.

El reparto principal se confió a actores británicos: Lewis Fiander (Tom) y Prunella Ransome (Evelyn), con el objetivo de facilitar la distribución internacional. Los niños, en cambio, fueron en su mayoría no profesionales, lo que acentuó la naturalidad de sus interpretaciones.


Estilo y dirección

Ibáñez Serrador planteó la película como un thriller atmosférico más que como un festival de sustos. La narración avanza lentamente, con planos largos, silencios y un uso magistral del espacio vacío. Las calles solitarias, los patios abandonados, los parques infantiles sin adultos generan una sensación de amenaza latente.

El director rehuye el gore gratuito: la violencia es sugerida más que mostrada, lo que hace aún más incómodo el resultado. El espectador siente la amenaza más en la tensión psicológica que en la imagen explícita.

El uso de los niños como antagonistas se resuelve de manera magistral: no se les muestra como monstruos sobrenaturales, sino como criaturas normales que actúan con frialdad colectiva. Esa naturalidad amplifica el horror.


Personajes y actores

  • Tom (Lewis Fiander): Es el motor narrativo. Intelectual, curioso, representa la racionalidad occidental enfrentada a lo irracional. Su progresiva desesperación simboliza la derrota de la lógica ante lo incomprensible.

  • Evelyn (Prunella Ransome): Embarazada y sensible, es el corazón emocional de la película. Su vulnerabilidad multiplica el impacto de la amenaza infantil, convirtiéndola en metáfora de un futuro contaminado por la violencia.

  • Los niños: No hay un líder claro, sino un grupo que actúa como colmena. Su comportamiento frío y su aparente diversión en los crímenes los convierten en una pesadilla colectiva, un símbolo más que personajes individuales.


Temas y simbolismo

La película plantea varias capas de lectura:

  1. El tabú de la infancia: el título mismo es la gran pregunta moral. ¿Puede justificarse la violencia contra un niño? El espectador, como Tom, se siente incapaz de cruzar esa línea.

  2. La herencia de la violencia: los niños simbolizan el reflejo de las guerras y genocidios cometidos por adultos. Lo que han visto y sufrido se devuelve en forma de rebelión.

  3. La isla como metáfora: Almanzora es un microcosmos aislado que condensa los errores de la humanidad. Como en La peste de Camus, el mal se encierra en un espacio reducido para mostrar su extensión universal.

  4. La maternidad amenazada: el embarazo de Evelyn refuerza la idea de que incluso el futuro está contaminado. El hijo que espera podría ser parte del mismo ciclo de violencia.


Cronología del rodaje y estreno

  • 1975: Chicho compra los derechos de la novela de Plans y comienza la escritura del guion.

  • 1975-1976: Rodaje en localizaciones de Málaga, Menorca y Sitges.

  • Verano 1976: Postproducción y montaje.

  • Noviembre 1976: Estreno en España, con buena acogida crítica y discreta taquilla.

  • 1977: Estreno internacional bajo el título Who Can Kill a Child? y en algunos países como Island of the Damned.

  • Años 80: Redescubierta en circuitos de cine fantástico y en el Festival de Sitges, consolidándose como obra de culto.

  • 2012: Remake mexicano titulado Come Out and Play, que no alcanzó el prestigio de la original.


Recepción crítica

En su estreno, el film fue considerado atrevido y perturbador:

  • La crítica española lo aplaudió como una de las propuestas más originales y valientes de la década.

  • En algunos países fue censurado o estrenado con cortes, debido a su temática.

  • Con los años, ha sido reivindicado por críticos e historiadores como una de las grandes películas de terror de los 70.

Directores como Guillermo del Toro y Álex de la Iglesia han citado el film como influencia.


Legado e influencia

  • Es considerado el mejor largometraje de terror del cine español clásico.

  • Su terror diurno influyó en obras posteriores, especialmente en Midsommar (2019), que comparte la estética de horror bajo el sol.

  • Anticipó una línea de cine sobre niños asesinos: Los chicos del maíz, The Children, etc.

  • En festivales de cine fantástico se estudia como obra imprescindible junto a clásicos de Romero, Argento y Craven.


Curiosidades

  • En su estreno, muchos espectadores abandonaron la sala en la secuencia inicial documental por su crudeza.

  • Chicho buscó deliberadamente actores extranjeros para reforzar la mirada foránea hacia la España de la transición.

  • José Luis Alcaine recordaba que la mayor dificultad fue mantener la naturalidad de los niños sin que resultaran caricaturescos.

  • Waldo de los Ríos, autor de la banda sonora, falleció poco después del estreno, lo que tiñó de tragedia la película.


Conclusión

¿Quién puede matar a un niño? trasciende el género de terror para convertirse en una alegoría universal sobre la violencia humana. Con un estilo pausado, imágenes soleadas y un planteamiento profundamente incómodo, Ibáñez Serrador planteó al espectador una pregunta imposible de responder: ¿seríamos capaces de acabar con la vida de un niño para sobrevivir?

El film es un espejo oscuro de la sociedad, que devuelve a los adultos la violencia sembrada en guerras y conflictos. Su fuerza reside en no ofrecer respuestas fáciles, en obligar al público a confrontar el tabú y en un final que deja la herida abierta.

Décadas después, se mantiene como una obra maestra del cine fantástico español, influyente y respetada en todo el mundo. Una película que, como su propio título, sigue interpelando y perturbando.


Bibliografía y fuentes

  • Plans, Juan José: El juego de los niños. Alfaguara, 1976.

  • Ibáñez Serrador, Narciso: entrevistas en RTVE y en el Festival de Sitges.

  • Caparrós Lera, José María: El cine español de la democracia. Anthropos, 1992.

  • Academic Journal of Horror Studies, vol. 12 (2018).

  • Dossier retrospectivo del Sitges Film Festival dedicado a Chicho Ibáñez Serrador.

  • Hemeroteca de La Vanguardia, 1976-1977: críticas del estreno.


LA PELÍCULA EN IMÁGENES















Ficha técnica

  • Título en español: ¿Quién puede matar a un niño?

  • Título original: ¿Quién puede matar a un niño? / Who Can Kill a Child?

  • Año de estreno: 1976

  • País: España

  • Director: Narciso Ibáñez Serrador

  • Guion: Narciso Ibáñez Serrador, inspirado en la novela El juego de los niños de Juan José Plans

  • Producción: M. L. Films, Penta Films

  • Fotografía: José Luis Alcaine

  • Música: Waldo de los Ríos

  • Montaje: Antonio Ramírez de Loaysa

  • Duración: 112 min

  • Reparto principal:

    • Lewis Fiander (Tom)

    • Prunella Ransome (Evelyn)

    • Antonio Iranzo (el pescador)

    • Miguel Narros (anciano de la isla)

    • Marisa Porcel, María Luisa Arias y elenco infantil