EL CONDE DRÁCULA (1970) y CUADECUC, VAMPIR (1970)
Dos rostros entre el gótico pulp y la vanguardia política
El año 1970 supuso un punto singular en la historia del vampiro cinematográfico en España. Por un lado, el prolífico Jesús Franco rodaba El conde Drácula, coproducción hispano-alemana con la que pretendía ofrecer una versión fiel a la novela de Bram Stoker, apoyada en un reparto internacional encabezado por Christopher Lee, Herbert Lom y Klaus Kinski. Por otro, el cineasta experimental Pere Portabella utilizaba el propio rodaje de Franco como materia prima para crear Cuadecuc, vampir, un film vanguardista y político, donde el mito de Drácula se convertía en metáfora de la dictadura franquista.
Ambas películas, tan distintas en forma y propósito, forman hoy un díptico inseparable: una intenta devolver al vampiro su dignidad literaria, la otra lo descompone en imágenes y ruidos, desvelando las costuras del propio cine. Juntas muestran cómo el mito del conde transilvano podía ser interpretado en el cine español tanto desde el pulp como desde la vanguardia, desde la literalidad gótica hasta la abstracción política.
SINOPSIS DE El conde Drácula
El film de Jesús Franco sigue, con más fidelidad que otras versiones, la estructura de la novela de Stoker.
El joven Jonathan Harker viaja a Transilvania para encontrarse con el conde Drácula (Christopher Lee), un aristócrata enigmático que pronto revela su condición vampírica. Tras quedar atrapado en su castillo, Harker logra escapar, mientras Drácula se traslada a Inglaterra.
Allí se centra en Lucy Westenra, que cae bajo su influjo, lo que lleva a la intervención del profesor Van Helsing (Herbert Lom). El vampiro, cada vez más rejuvenecido al alimentarse de sangre, amenaza también a Mina Harker.
El relato avanza hasta la confrontación final en Transilvania, donde Drácula es destruido. El film se distancia de Hammer al intentar mostrar a un Drácula más cercano al de Stoker, envejecido al inicio y rejuvenecido tras beber sangre, detalle que Christopher Lee había reclamado durante años.
SINOPSIS DE Cuadecuc, vampir
En paralelo, Pere Portabella filmó en blanco y negro, con sonido experimental de Carles Santos, el propio rodaje de El conde Drácula. Pero su película no es un making-of, sino un ensayo visual y sonoro.
A través de imágenes del set, fragmentos de escenas, actores esperando la acción y recursos abstractos, Portabella despoja a Drácula de narrativa lineal para convertirlo en un símbolo. El vampiro aparece como figura de opresión, un monstruo que se alimenta de cuerpos y al que se opone un pueblo inerme.
El film se lee como una metáfora del régimen franquista, que en 1970 aún se mantenía en pie. La ausencia de sonido convencional, sustituido por ruidos metálicos, zumbidos y distorsiones, refuerza la sensación de extrañamiento.
PRODUCCIÓN Y RODAJE
El conde Drácula
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Rodada en localizaciones españolas como el castillo de Cardona y los estudios barceloneses.
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Coproducción hispano-alemana con participación de la Cinematográfica Fénix Cooperativa.
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Franco contó con Christopher Lee, que aceptó el papel con entusiasmo al prometerle que sería la primera vez que Drácula se ajustaría al aspecto y evolución física del personaje literario.
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El presupuesto limitado redujo el alcance visual, y parte del material fue montado con premura.
Cuadecuc, vampir
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Portabella rodó en paralelo, con acceso al set de Franco.
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El título “cuadecuc” alude a la cola sin revelar del negativo cinematográfico, reforzando la idea de película “fantasma”.
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La fotografía en blanco y negro y el diseño sonoro de Carles Santos convierten el material en un objeto de vanguardia.
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Fue un proyecto clandestino y experimental, casi underground, en contraste con el pulp internacional de Franco.
ESTILO VISUAL
El conde Drácula
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Estética gótica clásica, con castillos, cementerios y laboratorios.
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Christopher Lee rejuveneciendo tras beber sangre, detalle fiel a Stoker.
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Colores intensos propios del cine europeo de terror de los 70.
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Aunque irregular, conserva momentos de auténtica atmósfera vampírica.
Cuadecuc, vampir
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Blanco y negro hipnótico, con alto contraste.
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Ausencia de sonido diegético, sustituido por ruidos experimentales.
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Imágenes que oscilan entre el rodaje documental y la abstracción pura.
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Una desmitificación del vampiro, pero también una relectura política.
PERSONAJES
El conde Drácula
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Christopher Lee: por fin con un Drácula más cercano al literario, serio y elegante, menos teatral que en Hammer.
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Herbert Lom: aporta peso dramático como Van Helsing.
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Klaus Kinski: inquietante como Renfield, prácticamente sin diálogo, encarnando la locura.
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Soledad Miranda y Maria Rohm: aportan la sensualidad característica del cine de Franco.
Cuadecuc, vampir
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Los mismos actores, despojados de glamour: vistos esperando, maquillándose, filmados fuera de personaje.
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Lee y Kinski se convierten en figuras simbólicas más que en personajes.
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La interpretación deja de importar: es la imagen misma la que genera significado.
TEMAS Y SIMBOLISMO
El conde Drácula
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Fidelidad a Stoker: intento de devolver a Drácula su esencia literaria.
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El vampiro como noble decadente: Drácula como aristócrata que se resiste a morir en un mundo moderno.
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Choque entre ciencia y superstición: Van Helsing frente al mito.
Cuadecuc, vampir
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El vampiro como metáfora política: la dictadura como monstruo que chupa la vida de sus ciudadanos.
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El cine como construcción: mostrar los hilos y trucajes desvela el artificio de la ficción.
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La estética de lo inacabado: fragmentos, repeticiones, ausencia de narración.
RECEPCIÓN
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El conde Drácula fue recibida con tibieza: se reconoció el esfuerzo de Lee y el intento de fidelidad, pero la crítica señaló sus carencias presupuestarias y narrativas.
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Con el tiempo, se convirtió en una película de culto para fans de Lee y para estudiosos del cine de Franco.
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Cuadecuc, vampir, en cambio, fue inicialmente marginal, pero ha sido reivindicada como una obra clave del cine experimental europeo y como uno de los trabajos más radicales de Portabella.
LEGADO
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Juntas, las dos películas representan las dos caras del vampiro: el pulp gótico internacional y la vanguardia política local.
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El conde Drácula es recordada como una de las interpretaciones más queridas por Lee fuera de Hammer.
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Cuadecuc, vampir es hoy pieza fundamental en festivales, retrospectivas y estudios académicos sobre cine político y experimental.
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Ambas películas muestran cómo en 1970 el mito del vampiro podía ser apropiado tanto por la industria como por el arte.
CURIOSIDADES
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Christopher Lee aceptó el papel tras insistir en recuperar la fidelidad al texto de Stoker, frustrado con la deriva de Hammer.
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Klaus Kinski rodó sus escenas en apenas días, sin apenas hablar, en un estado casi catatónico.
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Pere Portabella utilizó negativo caducado, de ahí el título Cuadecuc.
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El contraste entre ambos films fue tan grande que se estudian hoy en paralelo en universidades como ejemplo de dos caminos posibles del cine fantástico.
PUENTES INTERNOS
Este doblete vampírico español dialoga con la tradición británica de Hammer (Drácula, 1958) y con la renovación europea del mito en películas como Nosferatu, vampiro de la noche (Werner Herzog, 1979). A nivel español, conecta con La noche de Walpurgis (1970) de Paul Naschy, que ese mismo año consolidaba el terror patrio en clave más popular. Así, 1970 se convierte en un año bisagra para el vampiro en Europa.
CONCLUSIÓN
El conde Drácula (Jesús Franco, 1970) y Cuadecuc, vampir (Pere Portabella, 1970) son dos películas inseparables que muestran la plasticidad del mito vampírico en el siglo XX. Una quiso ser fiel al gótico de Stoker, con la presencia imponente de Christopher Lee; la otra lo desmontó para convertirlo en alegoría política y experimento formal.
Juntas representan el cruce de caminos entre el pulp internacional y la vanguardia europea, entre la narración clásica y el ensayo visual. Y ambas recuerdan que el vampiro no pertenece solo al castillo gótico, sino que también puede habitar en las sombras del cine mismo y en los pliegues de la historia política.
A más de medio siglo de su estreno, siguen siendo dos obras fascinantes: una por su intento sincero de devolver dignidad literaria al conde, la otra por su valentía en convertirlo en símbolo de resistencia. En esa contradicción, en esa doble mirada, se revela la riqueza inagotable del vampiro cinematográfico.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES
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Aguilar, Carlos: Guía del cine español. Ediciones Cátedra, 1996.
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Skal, David J.: Hollywood Gothic: The Tangled Web of Dracula from Novel to Stage to Screen. Norton, 1990.
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Newman, Kim: Dracula: The Vampire and the Critics. Bloomsbury, 1988.
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Kinder, Marsha: Blood Cinema: The Reconstruction of National Identity in Spain. University of California Press, 1993.
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Sitios web especializados: Filmoteca Española, Filmaffinity, Criterion, Mubi, IMDb.
LA PELÍCULA EN IMÁGENES
FICHA TÉCNICA
El conde Drácula
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Título en español: El conde Drácula
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Título original: Count Dracula
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Año: 1970
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País: España – Alemania Occidental – Italia
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Director: Jesús Franco
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Guion: Jesús Franco, basado en la novela de Bram Stoker
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Fotografía: Manuel Merino
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Música: Bruno Nicolai
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Duración: 96 min
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Reparto: Christopher Lee, Herbert Lom, Klaus Kinski, Soledad Miranda, Maria Rohm
Cuadecuc, vampir
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Título en español: Cuadecuc, vampir
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Año: 1970
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País: España
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Director: Pere Portabella
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Guion: Pere Portabella
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Fotografía: Manel Esteban
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Música y sonido: Carles Santos
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Duración: 75 min
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Producción: Films 59
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Reparto: Christopher Lee, Herbert Lom, Klaus Kinski, Soledad Miranda, Maria Rohm