EL TESTAMENTO DEL DR. MABUSE (1933)
La voz del crimen como profecía del totalitarismo
En 1933, en plena convulsión política de Alemania, Fritz Lang estrenaba El testamento del Dr. Mabuse, secuela de su propia Dr. Mabuse, der Spieler (1922). El film supuso la consolidación del personaje del doctor Mabuse, el hipnótico y megalómano criminal creado por el novelista Norbert Jacques, como símbolo del mal absoluto y de la manipulación social.
Rodada en los últimos meses de la República de Weimar, la película pronto se convirtió en un reflejo premonitorio de la llegada del nazismo: un poder invisible que domina las masas, propaga el miedo y organiza el caos desde la sombra. No es casualidad que, tras su estreno, los nazis prohibieran la película por considerarla subversiva y peligrosa.
Lang, que poco después se exiliaría de Alemania, ofreció con El testamento del Dr. Mabuse no solo un thriller de crimen y conspiración, sino también una alegoría inquietante de la manipulación política y la pérdida de la libertad. Al igual que Metrópolis (1927) había sido un hito de la ciencia ficción, Mabuse se erige como uno de los grandes clásicos del cine policíaco y del horror psicológico, donde el monstruo no es sobrenatural, sino humano, y peor aún: una idea que sobrevive incluso a la muerte.
Argumento
El inspector Lohmann (Otto Wernicke), personaje ya conocido de M, el vampiro de Düsseldorf (1931), investiga una serie de crímenes y atentados que parecen responder a un plan maestro. Al seguir la pista, descubre que los responsables pertenecen a una red criminal perfectamente organizada, que actúa con disciplina militar y que busca propagar el caos en la sociedad.
Lo más inquietante es que las órdenes de esta organización parecen proceder de un hombre encerrado en un manicomio: el doctor Mabuse (Rudolf Klein-Rogge). Aunque en estado catatónico y físicamente incapacitado, Mabuse escribe sin cesar páginas y páginas de instrucciones para sembrar el terror, que sus seguidores transforman en acciones delictivas.
El doctor Baum (Oscar Beregi Sr.), director del manicomio, se convierte en intermediario y cómplice, utilizando los escritos de Mabuse como “testamento” para dirigir la red criminal. La película avanza entre atentados, persecuciones y conspiraciones hasta un desenlace en el que la figura de Mabuse se revela como algo más que un individuo: un espectro ideológico que trasciende la muerte, una fuerza invisible capaz de dominar las mentes y perpetuar el crimen.
Producción
Tras el éxito de M (1931), Lang buscaba un nuevo proyecto con el actor Rudolf Klein-Rogge, su colaborador habitual y protagonista de Metrópolis y Dr. Mabuse, der Spieler. La idea de retomar el personaje de Mabuse surgió de su potencial como símbolo del mal moderno: un criminal que no necesitaba actuar en persona, sino que delegaba en una organización y en el poder de sus ideas.
La producción se realizó en los estudios UFA, con un guion de Thea von Harbou, esposa y guionista habitual de Lang. Sin embargo, en aquellos años la relación entre ambos se deterioraba: von Harbou simpatizaba con el régimen nazi, mientras que Lang se oponía firmemente. Esta contradicción marcó también la tensión ideológica de la película.
El rodaje se completó antes de la llegada oficial de Hitler al poder, pero su estreno coincidió con los primeros meses del régimen nazi. Las autoridades consideraron que la película era una alegoría demasiado evidente del totalitarismo: un líder invisible que organiza el caos y manipula a las masas. Como resultado, El testamento del Dr. Mabuse fue prohibida en Alemania, aunque circuló en el extranjero y se convirtió en un clásico internacional.
Estilo y análisis
Lang desplegó en El testamento del Dr. Mabuse todo su dominio del lenguaje visual heredado del expresionismo alemán y su transición al cine sonoro. El film combina atmósferas opresivas, juegos de luces y sombras, y encuadres que refuerzan la sensación de amenaza constante.
El tema central es la idea del crimen como sistema. A diferencia de los criminales individuales de otros thrillers, aquí nos enfrentamos a una organización estructurada que obedece a un ideólogo invisible. Mabuse no actúa: escribe. Su “testamento” es una doctrina del terror que otros ejecutan. En este sentido, el personaje anticipa las figuras del dictador moderno y del terrorismo organizado.
La dimensión casi sobrenatural de Mabuse —un hombre muerto que sigue influyendo desde el más allá a través de sus escritos— convierte la película en un híbrido entre el cine policíaco y el horror psicológico. Lang juega con la idea de que el verdadero monstruo no es físico, sino ideológico: un fantasma de papel que puede sobrevivir indefinidamente.
La presencia del inspector Lohmann, heredero del policía de M, aporta continuidad al universo de Lang y refuerza el tono de “crónica social criminal”. La lucha entre ley y crimen ya no es entre individuos, sino entre fuerzas colectivas.
Recepción y legado
Aunque prohibida en Alemania por el régimen nazi, El testamento del Dr. Mabuse circuló en otros países europeos y en Estados Unidos, donde fue recibida como una película brillante y aterradora. El público internacional percibió su carga política y la leyó como una advertencia contra el auge del fascismo.
Tras la guerra, el film fue revalorizado como una de las grandes obras maestras de Lang y como una profecía del siglo XX: mostraba cómo una ideología puede dominar a las masas incluso después de la desaparición física de su líder.
La figura de Mabuse continuó en el cine alemán en décadas posteriores, especialmente en los años 60, cuando se rodaron nuevas adaptaciones inspiradas en el personaje, ya con un tono más cercano al krimi. Pero la versión de Lang sigue siendo la más potente y simbólica.
Hoy se considera que la trilogía de Mabuse (Dr. Mabuse, der Spieler de 1922, El testamento del Dr. Mabuse de 1933 y Los mil ojos del Dr. Mabuse de 1960) constituye una de las aportaciones más influyentes del cine alemán al género criminal y fantástico.
Curiosidades
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Fue la última película alemana de Fritz Lang antes de emigrar a Hollywood, donde dirigiría clásicos como Furia (1936) y Sólo se vive una vez (1937).
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Los nazis prohibieron la película y ordenaron destruir copias, aunque sobrevivieron gracias a distribuciones internacionales.
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El inspector Lohmann (Otto Wernicke) aparece también en M, creando un universo compartido entre ambas películas.
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La atmósfera de conspiración y organización secreta influyó en cine posterior, desde el film noir hasta los thrillers políticos de los 70.
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Thea von Harbou, guionista y exesposa de Lang, permaneció en Alemania durante el nazismo, mientras él huyó a Estados Unidos.
Conclusión
El testamento del Dr. Mabuse es mucho más que un thriller alemán de los años 30. Es un testimonio histórico y artístico de un país al borde del abismo, una metáfora del poder invisible que domina las sociedades modernas y una advertencia sobre los peligros de las ideologías totalitarias.
El film demuestra que el monstruo no necesita ser una criatura sobrenatural ni un asesino tangible: basta con una idea, un texto, una doctrina que se infiltra en las mentes y dirige a las masas hacia el crimen y el caos. En ese sentido, Mabuse es un villano único en la historia del cine: un espectro ideológico que sobrevive a su creador y se perpetúa como fuerza intangible.
Lang utilizó los recursos del expresionismo y del cine sonoro emergente para dar forma a un relato inquietante, en el que la atmósfera opresiva y los crímenes coordinados se convierten en símbolos de la amenaza totalitaria. Su prohibición por el régimen nazi no hizo sino confirmar su lucidez y su valentía.
Hoy, casi un siglo después, El testamento del Dr. Mabuse sigue siendo un clásico ineludible, no solo como pieza del cine policíaco y de suspense, sino como espejo del poder del cine para captar y anticipar los horrores de la historia. Su vigencia radica en recordarnos que las ideas pueden ser tan letales como las armas, y que los fantasmas más peligrosos no son los que rondan en castillos góticos, sino los que anidan en el pensamiento colectivo.
Bibliografía y fuentes
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Jacques, Norbert. Dr. Mabuse, der Spieler (novela original, 1921).
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Eisner, Lotte H. The Haunted Screen: Expressionism in the German Cinema and the Influence of Max Reinhardt (1969).
Imágenes: El Gabinete del Dr. Mabuse
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Kracauer, Siegfried. De Caligari a Hitler: una historia psicológica del cine alemán (1947).
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Spoto, Donald. Fritz Lang: The Nature of the Beast (1985).
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Documental The Testament of Dr. Mabuse: A Masterpiece of Sound Cinema (ediciones Criterion).
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Revistas Film-Kurier (1933) y Variety (1933).
LA PELÍCULA EN IMÁGENES
Ficha técnica
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Título en español: El testamento del Dr. Mabuse
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Título original: Das Testament des Dr. Mabuse
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Año de estreno: 1933
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País: Alemania (República de Weimar / inicio del Tercer Reich)
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Director: Fritz Lang
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Guion: Thea von Harbou, Fritz Lang, basado en la novela de Norbert Jacques
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Producción: UFA
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Fotografía: Fritz Arno Wagner
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Música: Hans Erdmann
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Duración: 122 min
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Reparto principal:
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Rudolf Klein-Rogge (Dr. Mabuse)
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Otto Wernicke (Inspector Lohmann)
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Oscar Beregi (Dr. Baum)
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Karl Meixner, Theodor Loos