HÄXAN, LA BRUJERÍA A TRAVÉS DE LOS TIEMPOS

Brujas, demonios y superstición en el cine mudo

En 1922, el cineasta danés Benjamin Christensen sorprendió al mundo con Häxan, una película que combinaba documental, dramatización histórica y fantasía satánica. A medio camino entre el ensayo académico y el cine de terror, el film exploraba la historia de la brujería, la superstición y la persecución inquisitorial, desde la Edad Media hasta la época moderna.

Su audacia visual, con imágenes de sabbats, demonios, posesiones y torturas, provocó la censura en numerosos países. Demasiado explícita para el público de su tiempo, fue tachada de obscena y blasfema. Sin embargo, décadas después fue redescubierta como una obra de culto, precursora tanto del cine de terror gótico como del documental experimental.


Sinopsis 

La película está dividida en siete capítulos, que combinan comentarios didácticos con reconstrucciones escenificadas:

  1. Cosmología antigua: explica cómo en la Edad Media se concebía el universo, mostrando la influencia de los planetas y las fuerzas sobrenaturales sobre la vida humana.

  2. Brujería medieval: dramatiza prácticas atribuidas a las brujas, como pócimas, vuelos nocturnos o pactos con el diablo. Christensen aparece caracterizado como Satanás, tentando a mujeres y asistiendo a aquelarres.

  3. La Inquisición: se muestran los métodos de interrogatorio y tortura para arrancar confesiones, así como la quema en la hoguera de mujeres acusadas de brujería.

  4. La posesión en conventos: recrea casos históricos de monjas poseídas, con escenas de histeria colectiva.

  5. La figura de la bruja anciana: se dramatiza la vida de mujeres mayores y marginadas, señaladas como culpables de desgracias.

  6. Paralelismos con la medicina moderna: Christensen compara la “posesión demoníaca” con enfermedades como la histeria o la esquizofrenia.

  7. Conclusión: afirma que muchas acusaciones de brujería no eran más que síntomas mal interpretados de trastornos nerviosos y sociales.


Contexto de la producción

Investigación histórica

Christensen pasó años estudiando manuales de la Inquisición, entre ellos el célebre Malleus Maleficarum (1486), tratado medieval sobre la caza de brujas. Esto le permitió dar al film un tono pseudoacadémico.

Una superproducción nórdica

Con un coste altísimo para la época, la película incluyó decorados enormes, centenares de extras, efectos especiales de stop-motion (calderos hirvientes, escobas voladoras) y un realismo impactante en escenas de tortura.

Escándalo y censura

El film fue prohibido en EE.UU. y cortado en media Europa. Se la acusó de “pornografía disfrazada de historia” debido a sus desnudos y su tratamiento gráfico de la sexualidad y el satanismo.


Personajes y actuaciones

  • El Diablo (Benjamin Christensen): grotesco, obsceno y tentador, con una mezcla de horror y humor.

  • Las brujas: interpretadas por mujeres no profesionales, transmiten naturalidad en escenas de pobreza y superstición.

  • La monja poseída (Astrid Holm): su histeria colectiva es de lo más perturbador del film.

  • Los inquisidores: rígidos, fanáticos, símbolos del poder represivo de la Iglesia medieval.


Estilo visual y narrativo

  • Docudrama pionero: mezcla de documental con dramatización, algo inusual en 1922.

  • Imágenes impactantes: sabbats satánicos, demonios, aquelarres con besos obscenos al trasero del diablo.

  • Stop-motion: para representar objetos encantados, calderos y pócimas.

  • Tintados: las copias originales coloreaban las llamas y los ambientes nocturnos.

  • Narrador didáctico: Christensen combina imágenes y texto como si fuera una conferencia ilustrada.


Temas y simbolismo

  • La superstición como represión: la brujería es vista como fruto del miedo colectivo y la ignorancia.

  • El papel de la mujer: las acusaciones recaen sobre mujeres pobres, viudas o diferentes, víctimas de misoginia.

  • La religión como control: la Inquisición aparece como instrumento de poder.

  • El demonio interior: al final, Christensen sugiere que los “demonios” son en realidad enfermedades mentales mal comprendidas.


Recepción

En 1922 el film escandalizó: fue prohibido en EE.UU. hasta 1929 y censurado en Francia, Suiza y Alemania. En Suecia y Dinamarca tuvo relativo éxito, aunque muchos lo consideraron ofensivo.

A partir de los años 60, con el auge del cine experimental, Häxan fue redescubierta como obra maestra. La versión de 1968, narrada por William S. Burroughs, reforzó su estatus underground.

Hoy se estudia en universidades como ejemplo pionero del docudrama y del cine de terror.


Críticas

En su estreno

  • Politiken (Dinamarca, 1922): “una película peligrosa, blasfema, aunque fascinante”.

  • Le Figaro (Francia, 1923): la acusó de “indecente” por su retrato del satanismo.

Revalorización posterior

  • Pauline Kael (The New Yorker, 1968): la describió como “una película adelantada a su tiempo, aterradora y lúcida”.

  • Criterion Collection: la reivindicó como “una de las películas más visionarias jamás hechas sobre la superstición y el miedo”.

  • Sight & Sound (BFI): la incluye en su lista de documentales más influyentes del siglo XX.


Fuentes y artículos relacionados

Libros y estudios

  • Jack Stevenson, Scandinavian Blue: The Erotic Cinema of Sweden and Denmark in the 1960s and 1970s (menciona el redescubrimiento de Häxan).

  • Tom Gunning, The Films of Benjamin Christensen (1990).

  • Marina Warner, From the Beast to the Blonde (1995), análisis del mito de la bruja en el cine y la cultura.

Artículos

  • Criterion Essays: Häxan (por Chris Fujiwara).

  • The Guardian (2016): “How Häxan redefined horror cinema”.


Conclusión

Häxan (1922) es una película única: mitad documental, mitad pesadilla satánica. Christensen combinó rigor histórico, espectáculo visual y provocación, creando imágenes que siguen siendo perturbadoras un siglo después.

Aunque en su tiempo fue censurada y maldita, hoy se reconoce como una obra pionera, precursora tanto del cine de terror como del documental experimental. Una película incómoda, polémica e imprescindible para entender cómo el cine ha representado el miedo, la superstición y el poder del demonio en la imaginación colectiva.


LA PELÍCULA EN IMÁGENES



















Ficha técnica

Título originalHäxan – En bildserie om häxprocesserna (Brujas – Una serie de imágenes sobre los procesos de brujería)
Título en EspañaLa brujería a través de los tiempos
Año de estreno: 1922
País: Suecia / Dinamarca
Idioma original: Mudo, con intertítulos en sueco (existen versiones con narración añadida posteriormente)
Duración: 105 minutos aprox. (versiones restauradas oscilan entre 76 y 112 min)
Formato: Blanco y negro con tintados – 1.33:1 – música en vivo en su estreno
Clasificación: En su época, censurada en varios países por blasfema y obscena.

Producción

  • Estudio: Svensk Filmindustri

  • Productor: Benjamin Christensen

  • Presupuesto: 2 millones de coronas suecas (carísimo para la época)

  • Filmada en: Dinamarca y Suecia

Equipo creativo

  • Dirección y guion: Benjamin Christensen

  • Fotografía: Johan Ankerstjerne

  • Dirección artística: Richard Louw

  • Música original: acompañamientos en vivo (desde orquesta clásica a piano). En 1968 se estrenó una versión con narración de William S. Burroughs y música de jazz.

Reparto principal

  • Benjamin Christensen – El Diablo / Investigador principal

  • Astrid Holm – Monja poseída

  • Clara Pontoppidan – Bruja acusada

  • Karen Winther – Mujer torturada

  • Elith Pio – Inquisidor

Estreno y premios

  • Estreno en Suecia: 18 de septiembre de 1922

  • Estreno internacional: 1923–1924, con censura y cortes en países como EE.UU., Francia y Alemania

  • Sin premios en su época, pero desde los años 60 fue reivindicada como obra maestra y pionera del cine de terror y documental.