DOCTOR MABUSE (1922)

El hipnotizador de la República de Weimar

En 1922, cuando el cine alemán vivía su edad de oro bajo la República de Weimar, Fritz Lang estrenó una de las películas más ambiciosas y reveladoras de la década: Dr. Mabuse, der Spieler (Dr. Mabuse, el jugador). Con una duración total superior a las cuatro horas y media, dividida en dos partes, la obra se convirtió en un coloso cinematográfico que combinaba elementos de cine policiaco, folletín criminal, crítica social y proto-thriller psicológico.

Lejos de ser solo una historia de crímenes y disfraces, Dr. Mabuse funcionó como metáfora del caos social y moral de la Alemania de entreguerras. Con una inflación desbocada, un sistema político tambaleante y una sociedad fragmentada, el film reflejaba un país donde las reglas se habían disuelto y todo era susceptible de manipulación.

El personaje central, el doctor Mabuse (interpretado por Rudolf Klein-Rogge), simbolizaba la capacidad de dominio absoluto: médico, hipnotizador, criminal, maestro del disfraz, especulador y titiritero de los destinos ajenos. Mabuse no es simplemente un villano, sino la representación de una fuerza invisible que somete al individuo y a las masas.

El estreno de la película supuso un acontecimiento cultural. Fue recibida con mezcla de fascinación y escándalo: algunos la consideraron un retrato lúcido de su tiempo; otros, una obra inmoral que glorificaba el crimen. Lo cierto es que con Mabuse, Lang dio inicio a una saga cinematográfica que recorrería el siglo XX, reapareciendo en 1933 (El testamento del Dr. Mabuse) y en 1960 (Los mil ojos del Dr. Mabuse). El mito sobrevivió al cine mudo, al sonoro, al nazismo e incluso a la modernidad.


Argumento 

Primera parte: Der große Spieler. Ein Bild der Zeit (“El gran jugador. Una imagen de la época”)

La historia se abre con el doctor Mabuse, psicoanalista y criminal secreto, planeando un golpe económico mediante manipulación bursátil. Usando su habilidad como hipnotizador, controla la mente de operadores financieros y especuladores, provocando el colapso de la bolsa. Con esta maniobra, Lang muestra en imágenes el poder invisible del capital y la fragilidad de la economía alemana.

Bajo múltiples identidades y disfraces, Mabuse se infiltra en los círculos aristocráticos y criminales. Una de sus especialidades es arruinar a sus víctimas en los casinos mediante el control mental. Así humilla al joven aristócrata von Wenk, quien más tarde se convertirá en fiscal y en su gran enemigo.

Mabuse utiliza a la condesa Dusy Told, mujer sofisticada y aburrida de su matrimonio con el conde Told, como instrumento de seducción. Ella es atraída por el magnetismo del doctor, mientras su marido se hunde en una pasividad decadente. La figura de la condesa revela la crisis de la aristocracia, vulnerable a los encantos del nuevo poder criminal.

Segunda parte: Inferno. Ein Spiel von Menschen unserer Zeit (“Infierno. Un juego de hombres de nuestro tiempo”)

En esta segunda mitad, la narración se oscurece. Mabuse intensifica sus crímenes: falsificaciones, asesinatos, secuestros, chantajes. El conde Told, incapaz de escapar de su influencia, se suicida tras ser arrastrado a la ruina psicológica. La condesa, atrapada en la telaraña del hipnotizador, se convierte en víctima de su manipulación emocional.

El fiscal von Wenk, cada vez más decidido, organiza una persecución contra el doctor. La policía intenta capturarlo, pero Mabuse logra escapar repetidamente gracias a sus disfraces y a la lealtad de su organización criminal.

El clímax llega cuando el doctor se atrinchera en su laboratorio secreto. Rodeado por la policía, se enfrenta a una crisis mental: asediado por las visiones de sus víctimas, pierde el control de sí mismo. Lang filma este episodio como un torbellino de imágenes alucinatorias: rostros espectrales, ojos acusadores, una conciencia atormentada.

El doctor Mabuse finalmente es capturado, pero no como un criminal derrotado, sino como un loco: internado en un manicomio, balbucea y gesticula como si siguiera viendo a las sombras de sus víctimas. Su encierro no cierra el mito, sino que lo deja latente, como si el poder de Mabuse pudiera resurgir en cualquier momento.


Producción y rodaje

El proyecto se basó en la novela Dr. Mabuse, der Spieler de Norbert Jacques, publicada en 1921. La obra había tenido gran éxito porque captaba el espíritu de la Alemania de posguerra: inflación galopante, especulación económica y descomposición moral.

La productora UFA encargó a Lang llevar la historia al cine, con guion de Thea von Harbou, escritora y colaboradora del director (y futura esposa). Ambos desarrollaron un libreto de dimensiones colosales, que debía estrenarse en dos partes separadas, vistas en diferentes días, dada su duración.

El rodaje movilizó grandes recursos:

  • Escenarios de lujo para recrear casinos, clubes privados y mansiones aristocráticas.

  • Decorados de laboratorio y escondites criminales.

  • Exteriores urbanos de Berlín, filmados con estilo casi documental, lo que confería al relato un aire de crónica social.

La fotografía de Carl Hoffmann combinó recursos expresionistas (iluminación dramática, encuadres angulosos) con un naturalismo moderno, mostrando el contraste entre las sombras del crimen y la vida cotidiana de la gran ciudad.


Estilo visual y atmósfera

El estilo de Dr. Mabuse se mueve entre el expresionismo alemán y el realismo urbano. Lang utiliza imágenes plásticas y simbólicas para representar la hipnosis y el poder de Mabuse, pero también filma con precisión la vida moderna: coches, tranvías, oficinas, salas de juego.

Los efectos visuales de hipnosis —superposiciones, miradas magnéticas, transparencias— traducen en imágenes lo invisible: la manipulación mental. Esta invención estética influiría en generaciones posteriores de thrillers psicológicos.

La atmósfera es la de una sociedad enferma: lujo decadente en los salones aristocráticos, sordidez en los bajos fondos, frenesí en la bolsa y frivolidad en los casinos. Todo aparece como un gran “juego” que Mabuse controla.


Personajes y actuaciones

  • Dr. Mabuse (Rudolf Klein-Rogge): Figura central. Científico, criminal, hipnotizador, amo del disfraz. Klein-Rogge le da un magnetismo inquietante, entre lo demoníaco y lo científico.

  • Fiscal von Wenk (Bernhard Goetzke): El hombre de la ley, que encarna el intento del Estado de frenar el caos, aunque parece siempre un paso detrás de su rival.

  • Condesa Dusy Told (Aud Egede-Nissen): Figura trágica, mujer atrapada entre la fascinación y la destrucción, símbolo de la aristocracia en decadencia.

  • Conde Told (Alfred Abel): Representa la impotencia de una clase social que ha perdido relevancia frente a las nuevas fuerzas del poder.


Temas y simbolismo

  1. El poder invisible: Mabuse encarna la manipulación psicológica, económica y política. Es el símbolo de un poder que no necesita ejército, sino control mental y financiero.

  2. La República de Weimar en crisis: inflación, especulación, desorden social y vacío moral aparecen como telón de fondo.

  3. El juego como metáfora: casinos, bolsa y política son parte de un mismo juego manipulado por el crimen.

  4. La máscara y el disfraz: Mabuse cambia de identidad constantemente, reflejando la falta de estabilidad y la falsedad de la época.

  5. Locura y sociedad: el final en el manicomio muestra que la locura del individuo es reflejo de una sociedad desequilibrada.


Recepción crítica

El estreno fue un acontecimiento cultural en 1922. El público acudió masivamente, sorprendido por la duración y magnitud del film. Algunos lo aclamaron como un espejo lúcido de la época; otros lo criticaron por inmoral, al poner el crimen en el centro del relato.

La crítica destacó la originalidad del personaje y la audacia de Lang, pero también señaló que el film resultaba inquietante porque mostraba una sociedad sin valores, dominada por la manipulación.

Con el tiempo, el personaje adquirió nuevos significados. En 1933, cuando Lang estrenó El testamento del Dr. Mabuse, el régimen nazi lo prohibió por considerarlo una alegoría contra el totalitarismo. Desde entonces, Mabuse quedó asociado a la idea del poder autoritario e invisible.


Legado e influencia

  • Fundó el mito de Mabuse, retomado por Lang en 1933 y 1960.

  • Anticipó el thriller psicológico y el cine conspirativo.

  • Influyó en villanos posteriores: de Fu Manchú a Blofeld en James Bond.

  • Fue modelo para el cine negro y el thriller europeo de los años treinta y cuarenta.

  • Se estudia hoy como una de las grandes parábolas cinematográficas del poder.


Curiosidades

  • Rudolf Klein-Rogge, actor fetiche de Lang, también interpretó a Rotwang en Metrópolis (1927).

  • La película se proyectaba en dos partes, en días distintos, por su duración.

  • Algunas escenas fueron censuradas en su época por la violencia o el contenido erótico.

  • La novela original se convirtió en un fenómeno editorial tras el estreno.

  • El término “mabusiano” llegó a usarse en Alemania para describir un poder manipulador e invisible.


Conclusión

Dr. Mabuse, el jugador es uno de los grandes monumentos del cine mudo. Más que un relato criminal, es una radiografía de la República de Weimar, un espejo de una sociedad entregada al caos, la especulación y el miedo.

Fritz Lang convirtió un folletín en una parábola universal sobre el poder invisible: el que controla las mentes, las finanzas y los destinos sin que nadie lo perciba. El doctor Mabuse es el demonio moderno, no un monstruo deforme ni un fantasma, sino un manipulador vestido de respetabilidad.

Su locura final no es la derrota de un criminal, sino el síntoma de una enfermedad colectiva: el poder absoluto siempre está latente, esperando su ocasión. Y por eso, más de un siglo después, la figura de Mabuse sigue siendo inquietantemente actual. Mabuse no es solo un villano del cine mudo: es el fantasma eterno de todo poder que hipnotiza y controla desde las sombras.


LA PELÍCULA EN IMÁGENES
















Ficha técnica

  • Título en español: Dr. Mabuse, el jugador

  • Título original: Dr. Mabuse, der Spieler

  • Año de estreno: 1922

  • País: Alemania (República de Weimar)

  • Director: Fritz Lang

  • Guion: Thea von Harbou, Fritz Lang, basado en la novela de Norbert Jacques

  • Producción: UFA

  • Fotografía: Carl Hoffmann

  • Duración: 270 min aprox.

  • Reparto principal:

    • Rudolf Klein-Rogge (Dr. Mabuse)

    • Aud Egede-Nissen (Condesa Dusy Told)

    • Alfred Abel (Conde Told)

    • Bernhard Goetzke (Fiscal von Wenk)