DRÁCULA (1958)

La reinvención sangrienta de la Hammer 

En 1958, la pequeña productora británica Hammer Films estrenó su propia versión de Drácula, dirigida por Terence Fisher. La película supuso un terremoto en la representación cinematográfica del vampiro: por primera vez el mito se rodaba en color intenso, con abundante sangre roja, erotismo latente y una puesta en escena gótica más sensual y violenta que nunca.

Si la versión de Tod Browning (1931) había instaurado la imagen del vampiro aristocrático y misterioso con Bela Lugosi, la Hammer reinventó el mito para la segunda mitad del siglo XX. Christopher Lee, con su porte imponente, colmillos afilados y mirada hipnótica, se convirtió en el nuevo icono del vampiro en el cine, mientras que Peter Cushing aportó rigor y energía al personaje de Van Helsing.


Sinopsis

Jonathan Harker, bibliotecario, viaja al castillo del conde Drácula en Transilvania. Allí descubre que su anfitrión es un vampiro, y aunque intenta destruirlo, fracasa y muere convertido en prisionero.

Su amigo el doctor Van Helsing sigue el rastro hasta la familia Holmwood, cuyos miembros empiezan a caer bajo la influencia del conde. Lucy, la joven hermana, enferma misteriosamente y muere tras ser mordida por Drácula.

El vampiro pone ahora sus ojos en Mina, esposa de Arthur Holmwood, a la que intenta seducir y poseer. La lucha entre el bien y el mal culmina en el castillo del conde, donde Van Helsing se enfrenta a Drácula en un duelo memorable. Con un crucifijo y la luz del sol, consigue reducir al vampiro a cenizas en una de las secuencias más icónicas de la Hammer.


Contexto y producción

Hammer Films, fábrica de terror británico

Hammer, fundada en los años 30, encontró su identidad en los 50 al reinventar a los monstruos clásicos. Tras el éxito de La maldición de Frankenstein (1957), decidieron abordar Drácula.

Terence Fisher, artesano del gótico moderno

Fisher dirigió la mayoría de los grandes títulos de la Hammer. Su estilo se caracterizaba por la seriedad narrativa, el ritmo preciso y una puesta en escena elegante pero contundente, donde lo moral y lo sexual iban de la mano.

Estética en Eastmancolor

El uso del color fue decisivo: los rojos de la sangre, los verdes y azules de los decorados y la iluminación expresionista de Jack Asher crearon una atmósfera sensual y perturbadora.


Lecturas y simbolismo

  • Erotismo y represión victoriana: la mordida de Drácula se filma como un acto de seducción, con subtexto sexual explícito para la época.

  • Héroe científico vs. monstruo irracional: Van Helsing encarna la racionalidad y la ciencia enfrentadas al mito y la superstición.

  • Miedo a la sexualidad femenina: Lucy y Mina, transformadas en vampiras, son representadas con deseo y transgresión, castigadas por ello con la muerte.

  • Gótico moderno: la Hammer llevó la tradición gótica del XIX al cine contemporáneo, añadiendo violencia y sensualidad.


Escenas clave

La primera aparición de Drácula
Christopher Lee entra en escena como un noble elegante y cordial. Pero en cuanto muestra los colmillos y los ojos ensangrentados, redefine al vampiro para siempre.

La muerte de Lucy
Convertida en vampira, Lucy se presenta como figura erótica y peligrosa, antes de ser destruida por Van Helsing en un acto tanto científico como moral.

El ataúd de Mina
El momento en que Van Helsing descubre a Mina bajo el influjo del conde refuerza el vínculo entre vampirismo y deseo sexual reprimido.

El duelo final en el castillo
Uno de los clímax más famosos del cine de terror: Van Helsing rompe las cortinas para que el sol entre y destruye al conde. El rostro de Lee descomponiéndose en cenizas es un icono visual.


Curiosidades

  • El film fue estrenado en EE. UU. como Horror of Dracula para diferenciarlo del clásico de 1931.

  • Christopher Lee tenía pocos diálogos: Fisher lo convirtió más en una presencia física y sexual que en un villano parlanchín.

  • Fue un éxito internacional que consolidó a la Hammer como referente del terror durante dos décadas.

  • La pareja Lee–Cushing se convirtió en uno de los dúos más célebres del género, repitiendo en múltiples secuelas.


Legado e influencia

  • Drácula (1958) abrió el ciclo vampírico de la Hammer, que se prolongó hasta los años 70 con varias secuelas, todas con Lee como protagonista.

  • Redefinió la estética del vampiro en la cultura popular: sensual, violento y explícitamente sexual.

  • Influyó en la renovación del cine de terror europeo y norteamericano, anticipando el giallo y el horror erótico de los 70.

  • Hoy se la considera una de las mejores adaptaciones de Bram Stoker, pese a sus libertades narrativas.


Drácula de Terence Fisher no solo reavivó el mito vampírico en los años 50: lo reinventó por completo. Frente al Drácula aristocrático y sugerente de Lugosi, Christopher Lee aportó un vampiro físico, imponente y abiertamente erótico. La Hammer llevó el gótico al terreno del color, la sangre y el deseo, marcando una nueva era en el cine de terror.

A más de sesenta años de su estreno, sigue siendo una película fascinante, vibrante y esencial para entender la evolución del mito de Drácula en el cine.


LA PELÍCULA EN IMÁGENES

























Ficha técnica

Título original: Dracula (en EE. UU. titulada Horror of Dracula)
Título en español: Drácula
Año de estreno: 1958
País: Reino Unido
Productora: Hammer Film Productions
Director: Terence Fisher
Productor: Anthony Hinds
Guion: Jimmy Sangster, basado libremente en la novela de Bram Stoker
Fotografía: Jack Asher (Eastmancolor)
Música: James Bernard
Dirección artística: Bernard Robinson
Duración: 82 minutos
Estreno: 22 de mayo de 1958 (Reino Unido)

Reparto principal
Christopher Lee – Conde Drácula
Peter Cushing – Dr. Van Helsing
Michael Gough – Arthur Holmwood
Melissa Stribling – Mina Holmwood
Carol Marsh – Lucy Holmwood
Valerie Gaunt – Mujer vampiro
John Van Eyssen – Jonathan Harker