EL MONSTRUO DE TIEMPOS REMOTOS (1953)
Cuando el miedo atómico despertó a las bestias
En plena Guerra Fría, el miedo a la energía nuclear y sus consecuencias impregnaba el cine estadounidense. El monstruo de tiempos remotos fue una de las primeras películas en relacionar la amenaza atómica con el despertar de criaturas prehistóricas, anticipándose un año a Godzilla (1954).
Dirigida por Eugène Lourié, pero sobre todo recordada por la animación en stop motion de Ray Harryhausen, la película se convirtió en un éxito inesperado que abrió la puerta a toda una década de filmes sobre monstruos gigantes: Them! (1954), It Came from Beneath the Sea (1955), Tarantula (1955)…
Con un presupuesto modesto, logró una atmósfera de terror y espectáculo que la convirtió en un clásico de culto, fundamental en la historia del cine fantástico.
Sinopsis
Durante unas pruebas nucleares en el Ártico, el físico Tom Nesbitt presencia la liberación accidental de un gigantesco dinosaurio prehistórico, el Rhedosaurus, que despierta tras millones de años congelado.
El monstruo comienza a desplazarse hacia el sur, arrasando todo a su paso: estaciones del Ártico, barcos pesqueros y ciudades costeras. Aunque Nesbitt trata de convencer a la comunidad científica, pocos le creen al principio. Solo cuenta con la ayuda de la paleontóloga Lee Hunter y el profesor Elson.
A medida que los ataques aumentan, el gobierno se ve obligado a aceptar la amenaza. El clímax se produce en Nueva York, donde el Rhedosaurus emerge del mar y avanza hacia Coney Island, sembrando el pánico entre la población.
Finalmente, el ejército consigue derrotarlo disparando proyectiles radioactivos en la feria, donde el monstruo muere envuelto en llamas.
Contexto y producción
El relato de Ray Bradbury
La película se inspira en el cuento The Fog Horn (1951), en el que un monstruo marino confunde una sirena de niebla con el canto de otro de su especie. Warner Bros. compró los derechos, y aunque el guion se alejó del texto, el título de Bradbury fue clave para la promoción.
Ray Harryhausen
La verdadera estrella de la película fue Harryhausen, discípulo de Willis O’Brien (King Kong, 1933). Creó al Rhedosaurus, una criatura inventada con apariencia de dinosaurio carnívoro, animada fotograma a fotograma con maquetas articuladas. Sus escenas en Nueva York se consideran pioneras en efectos de stop motion integrados con acción real.
Bajo presupuesto, gran éxito
Rodada con apenas 200.000 dólares, se convirtió en un enorme éxito al recaudar más de 5 millones. Su éxito abrió la fiebre por los monstruos atómicos en el cine de serie B de los 50.
Estilo visual y narrativo
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Blanco y negro atmosférico: otorga un tono casi documental.
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Animación en stop motion: cada plano del Rhedosaurus se integraba con maquetas y proyecciones traseras, logrando escenas de destrucción urbana muy espectaculares para la época.
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Suspense progresivo: al igual que haría Spielberg en Tiburón, el monstruo aparece de forma gradual, aumentando la tensión.
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New York bajo ataque: la imagen del dinosaurio en Coney Island anticipa iconografías que luego veríamos en Godzilla o Cloverfield.
Personajes y actuaciones
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Tom Nesbitt (Paul Hubschmid): el científico racional, arquetipo del héroe en el cine de ciencia ficción de los 50.
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Lee Hunter (Paula Raymond): ejemplo de cómo en la época se introducía una mujer científica, aunque su rol se combina con el de interés romántico.
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Profesor Elson (Cecil Kellaway): la voz de la sabiduría, que paga con su vida la osadía de enfrentarse al monstruo.
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El Rhedosaurus: aunque no es un personaje humano, se convirtió en un icono de los monstruos del cine, precursor de Godzilla y compañía.
Temas y simbolismo
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Miedo nuclear: el despertar del monstruo es consecuencia directa de las pruebas atómicas, reflejando el temor popular a las consecuencias de la energía nuclear.
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La ciencia como advertencia: Nesbitt es el científico que intenta alertar al gobierno, símbolo de la voz ignorada frente al poder político.
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El monstruo como naturaleza vengadora: el Rhedosaurus encarna la fuerza de lo reprimido por el hombre, emergiendo para restablecer un equilibrio.
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La ciudad moderna bajo ataque: Nueva York representa el símbolo de la civilización occidental puesta en jaque por su propio avance tecnológico.
Recepción y censura
El film fue un éxito inmediato. Su estreno sorprendió por la eficacia de sus efectos especiales, aplaudidos incluso por críticos que solían despreciar la ciencia ficción. No sufrió problemas de censura graves, ya que la violencia era más sugerida que mostrada.
Con el tiempo, fue reconocida como obra fundacional del subgénero de los monstruos gigantes. En 2004, el American Film Institute la incluyó entre las 50 mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos.
Legado e influencia
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Inspiración directa de Godzilla (1954): los productores japoneses admitieron que la idea nació tras ver The Beast from 20,000 Fathoms.
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Ray Harryhausen se consolidó como maestro del stop motion, abriendo el camino a títulos como Jason y los argonautas (1963) o Furia de titanes (1981).
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Su fórmula (monstruo despertado por lo nuclear + ataque a ciudad + clímax con el ejército) se convirtió en plantilla para decenas de películas.
Con un presupuesto mínimo y un guion sencillo, logró construir una de las imágenes más poderosas del cine de ciencia ficción: un ser prehistórico, despertado por la bomba atómica, avanzando contra la civilización moderna.
Hoy se mantiene como un clásico de culto imprescindible para comprender cómo el cine de los 50 transformó los miedos sociales en espectáculo cinematográfico.
LA PELÍCULA EN IMÁGENES
Ficha técnica
Título original: The Beast from 20,000 Fathoms
Título en español: El monstruo de tiempos remotos
Año de estreno: 1953
País: Estados Unidos
Idioma original: Inglés
Duración: 80 minutos
Formato: Blanco y negro, 35 mm
Clasificación: Apta para todos los públicos en su época, pero con escenas de violencia sugerida
Producción
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Estudio: Warner Bros.
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Productor: Jack Dietz, Hal E. Chester
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Productor asociado: Bernard W. Burton
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Presupuesto: aprox. 200.000 dólares (muy bajo para la época)
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Recaudación: más de 5 millones de dólares (gran éxito de taquilla)
Equipo creativo
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Director: Eugène Lourié
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Guion: Lou Morheim y Fred Freiberger, basado en un cuento de Ray Bradbury (The Fog Horn, 1951)
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Historia original: Daniel James, Eugène Lourié
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Fotografía: Jack Russell
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Montaje: Bernard W. Burton
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Música: David Buttolph
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Efectos especiales y animación: Ray Harryhausen (stop motion)
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Dirección artística: Eugène Lourié
Reparto principal
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Paul Hubschmid (acreditado como Paul Christian) – Profesor Tom Nesbitt
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Paula Raymond – Lee Hunter
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Cecil Kellaway – Profesor Thurgood Elson
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Kenneth Tobey – Coronel Evans
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Donald Woods – Coronel Jack Evans
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Ross Elliott – George Ritchie
Estreno y premios
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Estreno: 13 de junio de 1953 en EE. UU.
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Premios: sin galardones en su estreno, pero con gran reconocimiento retrospectivo en festivales de ciencia ficción.
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Hoy es considerada obra fundacional del cine de monstruos nucleares.