LAS DIABÓLICAS (1955)

Entre el suspense, la traición y el miedo invisible

En 1955, el cine francés sorprendió al mundo con una obra que cambiaría para siempre la forma de concebir el suspense: Les diaboliques, conocida en España como Las diabólicas. Dirigida por Henri-Georges Clouzot, maestro del thriller psicológico, la película se convirtió de inmediato en un clásico del género, reverenciada incluso por Alfred Hitchcock, quien reconoció su influencia directa en títulos como Psicosis (1960).

Basada en la novela Celle qui n’était plus (1952) de Pierre Boileau y Thomas Narcejac —los mismos autores que posteriormente inspirarían a Hitchcock con Sueurs froides (Vértigo, 1958)—, Las diabólicas presenta una historia de crimen, engaño y terror psicológico en la que nada es lo que parece. Con una narración precisa, una atmósfera opresiva y un final que dejó boquiabiertos a los espectadores de la época, la película consolidó a Clouzot como “el Hitchcock francés” y redefinió los límites del suspense en Europa.

Más que un thriller criminal, Las diabólicas es un estudio sobre la maldad cotidiana, la opresión de las relaciones de poder y la fragilidad de la mente humana ante el miedo. El film, rodado en un sobrio blanco y negro, combina elementos de melodrama, cine policíaco y horror psicológico, anticipando muchas de las claves del thriller moderno.


Argumento

La historia se sitúa en un internado masculino francés regentado por Michel Delassalle (Paul Meurisse), un director despótico, cruel y violento, que maltrata tanto a su esposa, Christina (Véra Clouzot), como a su amante, Nicole (Simone Signoret). Christina, frágil y enferma del corazón, sufre los abusos de Michel en silencio, mientras Nicole, más fuerte y decidida, se rebela contra él.

Cansadas de soportar la tiranía de Michel, las dos mujeres, a pesar de ser rivales sentimentales, deciden unirse en un plan criminal: asesinar al hombre que las atormenta. Su alianza, insólita, está marcada por la desesperación: ambas son víctimas y verdugos a la vez.

El plan consiste en drogar a Michel, ahogarlo en una bañera y posteriormente trasladar su cadáver al internado, donde lo arrojarán a la piscina vacía para simular un accidente. La operación se lleva a cabo con gran tensión: el asesinato es filmado con un realismo que hiela la sangre, sin música, solo con el sonido del agua y las respiraciones contenidas.

Sin embargo, al vaciar la piscina, descubren que el cadáver de Michel ha desaparecido. A partir de ahí, la intriga crece: nadie sabe dónde está el cuerpo, pero comienzan a aparecer pruebas inquietantes de que Michel sigue vivo. Su traje se encuentra en la lavandería, un alumno asegura haberlo visto, y señales cada vez más perturbadoras hacen creer a Christina que el muerto ha regresado.

El suspense alcanza su punto culminante en la secuencia final, donde Christina, perseguida por el miedo y al borde del colapso, encuentra a Michel aparentemente vivo dentro del internado. El clímax, con su giro inesperado, revela una traición doble que desmonta toda la historia previa y redefine a las verdaderas “diabólicas” de la trama.


Producción y rodaje

  • Henri-Georges Clouzot adquirió los derechos de la novela Celle qui n’était plus apenas horas antes que Alfred Hitchcock, quien deseaba adaptarla. Esta anécdota marcó el destino del film: Hitchcock, privado de esta historia, se lanzó después sobre otra novela de Boileau-Narcejac, De entre los muertos, que se convertiría en Vértigo (1958).

  • Clouzot trabajó junto a su hermano Jean en el guion, ampliando el rol de Christina y cambiando varios elementos respecto a la novela para intensificar el suspense.

  • El rodaje se desarrolló en condiciones tensas: Véra Clouzot, esposa del director y protagonista femenina, sufría problemas de salud reales, lo que dotó a su interpretación de una vulnerabilidad genuina.

  • La película se filmó en blanco y negro, decisión estética que reforzó la atmósfera lúgubre y realista. El estilo visual recuerda al cine negro norteamericano, pero con un sello netamente francés: austeridad, sobriedad y una tensión casi palpable.


Estilo visual y atmósfera

Las diabólicas destaca por su puesta en escena minimalista, donde cada detalle contribuye a generar angustia:

  • Uso del blanco y negro: la fotografía de Armand Thirard crea un clima opresivo, con interiores sombríos y exteriores fríos que potencian la sensación de claustrofobia.

  • Ausencia de música en escenas clave: como en el asesinato de Michel, donde el silencio multiplica el horror.

  • Realismo cotidiano: Clouzot sitúa el horror en lugares comunes (un internado, una piscina, una bañera), haciendo que lo monstruoso surja de lo familiar.

  • Suspense prolongado: el director juega con la espera, retrasa la resolución, planta pistas falsas y crea un clima de paranoia constante.


Personajes y actuaciones

  • Christina Delassalle (Véra Clouzot): esposa frágil, vulnerable, víctima tanto de la violencia de Michel como de su propia debilidad. Su fragilidad cardíaca se convierte en motor dramático.

  • Nicole Horner (Simone Signoret): fuerte, decidida y fría, representa la contraparte de Christina. Su alianza con ella encarna la paradoja: la amante y la esposa unidas contra el hombre que las oprime.

  • Michel Delassalle (Paul Meurisse): villano cruel, manipulador y déspota. Su sombra domina la película incluso ausente.

  • Inspector Fichet (Charles Vanel): policía que aparece como figura secundaria pero clave en el desenlace, encarnación del orden frente al caos.


Temas y simbolismo

  1. La alianza femenina: la unión de esposa y amante contra el patriarca tiránico, adelantándose a una lectura protofeminista.

  2. El crimen perfecto: el plan que parece infalible, pero que se desmorona por lo imprevisto.

  3. El miedo como veneno: la desaparición del cadáver convierte a Christina en víctima psicológica, mostrando que el terror es más destructivo que la violencia física.

  4. La traición: en el corazón del relato late el engaño, no solo entre marido y mujeres, sino entre las propias cómplices.

  5. Lo cotidiano como escenario del horror: una bañera, una piscina, un internado… Clouzot traslada el terror del castillo gótico al espacio común, más cercano al espectador.


Recepción crítica

Al estrenarse, Las diabólicas causó un impacto inmediato. El público quedó desconcertado por su desenlace y aterrado por la forma en que el suspense se prolongaba hasta lo insoportable. La campaña de promoción pedía explícitamente a los espectadores “No revelen el final”, anticipando la célebre estrategia de Hitchcock con Psicosis.

La crítica aplaudió la maestría narrativa de Clouzot, comparándolo con Hitchcock. Algunos lo llamaron incluso “más cruel” que el maestro británico. El film ganó el Premio Louis Delluc y pronto se convirtió en referente internacional del thriller psicológico.


Legado e influencia

  • Hitchcock reconoció su deuda con Clouzot: el giro final y la gestión del suspense en Psicosis recuerdan claramente a Las diabólicas.

  • La película se considera precursora del thriller moderno, con influencias visibles en autores como Brian De Palma o Roman Polanski.

  • Inspiró remakes, como Diabolique (1996), con Sharon Stone e Isabelle Adjani, aunque muy inferior al original.

  • Su estructura de suspense ha sido estudiada en escuelas de cine como modelo de guion perfecto.

  • El lema publicitario (“no revelen el final”) se convirtió en estándar para los thrillers posteriores.


Curiosidades

  • Clouzot ganó los derechos de la novela por apenas unos minutos antes que Hitchcock.

  • Véra Clouzot, esposa del director, fue protagonista a pesar de su salud precaria; fallecería pocos años después, en 1960.

  • El rodaje fue muy exigente: Clouzot era conocido por su perfeccionismo obsesivo y exigía múltiples tomas.

  • La piscina vacía del internado se convirtió en una de las imágenes icónicas del cine de suspense.


Conclusión

Las diabólicas es una obra maestra del suspense que combina el ingenio narrativo con una crueldad psicológica poco común en el cine de los años cincuenta. Clouzot demuestra que el verdadero terror no surge de lo sobrenatural, sino de lo cotidiano, de las relaciones humanas corroídas por el poder, la violencia y la traición.

Más que una historia de asesinato, la película es un estudio sobre la manipulación y el miedo. Christina es víctima no solo de su marido, sino de un entramado de engaños que la destruye desde dentro. El espectador comparte su paranoia, atrapado en un juego en el que la verdad se revela demasiado tarde.

Su desenlace, aún hoy sorprendente, resume la esencia de Clouzot: un cine cruel, despiadado, que no busca consuelo sino desasosiego. En esa crueldad radica su grandeza y su vigencia: Las diabólicas no envejece, porque el miedo a la traición y a lo invisible sigue siendo universal. En la oscuridad de un internado, Clouzot nos enseñó que el verdadero crimen no está en la muerte, sino en la traición que corroe el alma.


LA PELÍCULA EN IMÁGENES

















Ficha técnica

  • Título en español: Las diabólicas

  • Título original: Les diaboliques

  • Año de estreno: 1955

  • País: Francia

  • Director: Henri-Georges Clouzot

  • Guion: Henri-Georges Clouzot y Jean Clouzot, basado en la novela de Boileau-Narcejac

  • Fotografía: Armand Thirard

  • Música: Georges Van Parys

  • Duración: 116 min

  • Producción: Filmsonor / Vera Films

  • Reparto principal:

    • Simone Signoret (Nicole Horner)

    • Véra Clouzot (Christina Delassalle)

    • Paul Meurisse (Michel Delassalle)

    • Charles Vanel (Inspector Fichet)