LA NOCHE DEL TERROR CIEGO (1972)
El nacimiento de los templarios zombis ciegos
En 1972, en plena apertura del cine de terror europeo, el director gallego Amando de Ossorio sorprendió con una propuesta original y perturbadora: unir el mito de los templarios medievales con el cine de zombis.
Así nació La noche del terror ciego, una película de bajo presupuesto pero gran poder atmosférico, que introdujo a los Templarios ciegos: monjes ejecutados en la Edad Media por herejía y sacrificios humanos, que regresan de sus tumbas convertidos en zombis momificados, guiándose por el sonido para dar caza a sus víctimas.
El film fue un éxito inesperado en España y, sobre todo, en el extranjero, donde se convirtió en pieza de culto del terror europeo de los 70, al nivel de las producciones italianas de Mario Bava o Lucio Fulci.
Sinopsis
Virginia White, una joven turista, viaja en tren con una pareja de amigos, Betty y Roger. Durante el trayecto, tras una discusión, decide bajarse en una estación abandonada y explorar unas ruinas cercanas: un antiguo monasterio templario.
Lo que no sabe es que esas ruinas son el lugar de descanso de los Caballeros Templarios, ajusticiados siglos atrás por prácticas de magia negra y sacrificios humanos. Los monjes, ciegos como castigo por sus crímenes, se levantan de sus tumbas guiados por el sonido, sedientos de sangre.
Virginia es brutalmente asesinada, y su cadáver regresa convertido en muerta viviente. Betty y Roger, al investigar su desaparición, acaban atrapados en las ruinas y perseguidos por los templarios resucitados.
La película culmina con un clímax de horror gótico, en el que la sensación de fatalidad es total: los templarios no pueden ser derrotados, solo temidos.
Contexto de producción
El germen de la idea: Amando de Ossorio, fascinado por la iconografía medieval española, decidió reinventar el mito templario, vinculándolo a la moda de zombis iniciada por George A. Romero con La noche de los muertos vivientes (1968).
Rodaje: se filmó en ruinas auténticas, con un presupuesto muy bajo, lo que aumentó la atmósfera de realismo decadente.
Diseño de los templarios: actores con maquillaje de putrefacción y ropas desgastadas, moviéndose lentamente a caballo, creando una imagen icónica del terror español.
Efectos y violencia: pese al bajo presupuesto, se atrevió con escenas sangrientas y un ambiente opresivo que desafiaba la censura española.
Recepción de la censura: Ossorio tuvo que suavizar referencias sexuales y satánicas, pero aun así el film resultó atrevido para el cine español de la época.
Distribución internacional: en EE. UU. fue remontada y distribuida con títulos engañosos, pero aun así encontró gran acogida en los autocines y en el mercado de serie B.
Estilo visual y narrativo
Gótico mediterráneo: combina ruinas medievales reales con una atmósfera propia del terror gótico europeo.
Terror atmosférico: la lentitud de los templarios, sus siluetas en la niebla y su persecución a caballo crean un clima único.
Violencia explícita: escenas de necrofilia sugerida, sangre y canibalismo, más crudas de lo habitual en el cine español de entonces.
Banda sonora: Antón García Abril aporta una partitura inquietante, coral y casi litúrgica, que refuerza lo macabro.
Final desesperanzado: como en muchas películas de Ossorio, no hay catarsis ni héroe que venza, solo fatalidad.
Temas y simbolismo
El peso del pasado histórico: los templarios simbolizan cómo las injusticias y crímenes del pasado regresan para vengarse.
Ceguera y obsesión: los monjes, privados de vista, representan el fanatismo que arrasa sin razonamiento.
La represión sexual: subtexto evidente en las escenas de Virginia y los templarios, reflejando tabúes y censura de la España franquista.
Fatalismo ibérico: a diferencia de los zombis de Romero, aquí el terror no tiene explicación científica, sino una raíz legendaria, en sintonía con el folclore español.
Recepción
En España fue un éxito sorprendente, destacando en taquilla frente a producciones extranjeras más ambiciosas. Parte de la crítica la tachó de morbosa y excesiva, pero el público respondió con entusiasmo.
En el extranjero, especialmente en Estados Unidos y Alemania, fue recibida como una curiosidad exótica. Su distribución en autocines y programas dobles la convirtió en película de culto.
Hoy se la reconoce como una de las cumbres del terror español de los 70 y una de las películas clave del “fantaterror” junto a títulos de Paul Naschy y Jesús Franco.
Legado e influencia
Tetralogía templaria: inauguró la saga que continuó con El ataque de los muertos sin ojos (1973), El buque maldito (1974) y La noche de las gaviotas (1975).
Iconografía inmortal: los templarios ciegos se convirtieron en una de las imágenes más potentes del cine de terror europeo, homenajeados en cómics, carteles y retrospectivas.
Puente con el terror internacional: demostró que España podía producir terror exportable, anticipando la revalorización del cine fantástico ibérico.
Influencia moderna: directores como Guillermo del Toro y Nacho Cerdà han citado la película como inspiración.
Culto en videoclubs: en los 80 y 90, las cintas de Ossorio circularon ampliamente en VHS, reforzando su estatus de culto.
Conclusión
La noche del terror ciego (1972) es la obra más característica de Amando de Ossorio y uno de los grandes hitos del cine de terror español.
Con unos templarios ciegos que emergen de las ruinas medievales para vengarse de los vivos, Ossorio creó una mitología única, gótica y macabra, que lo situó junto a Paul Naschy como referente del fantaterror de los 70.
Más de cincuenta años después, la imagen de los templarios a caballo, avanzando lentamente hacia sus víctimas, sigue siendo una de las más inquietantes y bellas del cine de terror europeo.
LA PELÍCULA EN IMÁGENES
Ficha técnica
Título original: La noche del terror ciego
Título internacional: Tombs of the Blind Dead
Año de estreno: 1972
País: España – coproducción con Portugal
Idioma original: Español
Duración: 97 minutos
Formato: Color – 1.66:1
Clasificación: Para mayores de 18 años en su estreno
Producción
Estudio: Profilmes (España)
Productor: Luis Méndez
Distribuidora: Interfilme (España), Independent International Pictures (EE. UU.)
Presupuesto: reducido (alrededor de 6 millones de pesetas)
Rodaje: en localizaciones de Portugal y España, entre ellas el monasterio de Tomar y zonas rurales de Ávila
Equipo creativo
Dirección y guion: Amando de Ossorio
Fotografía: Pablo Ripoll
Montaje: José Antonio Rojo
Música: Antón García Abril
Reparto principal
Lone Fleming – Virginia White
César Burner – Roger Whelan
María Elena Arpón – Betty Turner
José Thelman – Pedro Candal
Rufino Inglés – Guardabarreras
Estreno y premios
Estreno en España: 10 de abril de 1972
Estreno internacional: 1973 en EE. UU., con cortes y remontajes (retitulada en ocasiones Revenge from Planet Ape para aprovechar el tirón de El planeta de los simios)
Premios: no obtuvo galardones en su momento, pero fue un éxito de taquilla y se convirtió en título de culto en circuitos de terror europeos y norteamericanos.