LA NOCHE DEL CAZADOR (1955)

Fábula gótica, cine negro y poesía expresionista

En 1955, en plena era dorada del cine clásico, apareció una película que parecía venir de otra dimensión: La noche del cazador (The Night of the Hunter). Era la primera y única obra como director de Charles Laughton, célebre actor británico de enorme prestigio en Hollywood. El film, basado en la novela homónima de Davis Grubb, pasó casi desapercibido en su estreno, recibiendo críticas tibias y un fracaso en taquilla. Y sin embargo, con el paso del tiempo, se convirtió en una de las películas más admiradas, estudiadas y reverenciadas de la historia del cine.

¿Por qué? Porque La noche del cazador es mucho más que un thriller sobre un falso predicador que aterroriza a dos niños en busca de un botín oculto. Es una obra profundamente poética, que combina el expresionismo alemán, los cuentos de hadas, la imaginería religiosa y el cine clásico norteamericano en una experiencia visual y emocional única. Sus imágenes —las sombras alargadas, los juegos de luces y tinieblas, la silueta del “predicador” cabalgando en la noche— han quedado grabadas como estampas indelebles en la memoria del espectador.

El film condensa una tensión constante entre inocencia y maldad, luz y oscuridad, amor y odio. En el centro está el personaje de Harry Powell, interpretado magistralmente por Robert Mitchum, uno de los villanos más fascinantes del cine: un falso predicador que lleva tatuadas en los nudillos las palabras LOVE y HATE, símbolo de la eterna lucha entre el bien y el mal. Frente a él, los niños John y Pearl, y finalmente la anciana Rachel Cooper, que encarna la resistencia del amor y la bondad frente al terror.

Estrenada en un tiempo en el que Hollywood producía dramas realistas y melodramas familiares, La noche del cazador resultaba extraña, inclasificable. Ni era cine negro, ni exactamente terror, ni un drama convencional. Su tono de fábula atemporal desconcertó a público y crítica. Pero décadas después, redescubierta por cineastas, historiadores y críticos, fue reconocida como una obra maestra adelantada a su tiempo, influjo directo en autores como Terrence Malick, David Lynch o los Hermanos Coen.

Hoy, casi setenta años después, La noche del cazador sigue siendo un viaje hipnótico al lado oscuro del alma humana y un poema visual único en la historia del séptimo arte.


Argumento narrado

La película se abre con un prólogo bíblico: Rachel Cooper, una anciana bondadosa que cuida de niños abandonados, recita pasajes de las Escrituras mientras cabezas infantiles emergen entre las estrellas del cielo. Desde el inicio, Laughton sitúa la historia en el terreno de la fábula moral.

En paralelo, conocemos a Harry Powell (Robert Mitchum), un predicador itinerante que predica la palabra de Dios mientras asesina viudas para robarles su dinero. En un monólogo inquietante, Powell dialoga con Dios sobre su “misión”, dejando claro que combina fanatismo religioso con pulsiones homicidas.

Un robo con violencia en Virginia Occidental termina con un padre de familia, Ben Harper, detenido tras haber escondido 10.000 dólares robados. Harper, antes de ser arrestado, confía a su hijo John el secreto del dinero y le hace prometer que jamás lo revelará. La madre, Willa Harper (Shelley Winters), es ingenua y vulnerable.

En la cárcel, Harper coincide con Powell, que intenta sonsacarle dónde escondió el botín. Harper muere en la horca sin revelar nada. Powell, obsesionado con la fortuna, sale en libertad y se dirige al hogar de los Harper con la excusa de ser un enviado divino.

Al llegar al pueblo, Powell deslumbra con sus sermones y su apariencia de hombre piadoso. Conquista rápidamente a la ingenua Willa, que se casa con él convencida de que es un hombre de Dios. John, sin embargo, desconfía: sabe que Powell busca el dinero y jura proteger el secreto.

La relación entre Powell y Willa se vuelve enfermiza. En una de las secuencias más perturbadoras, en su noche de bodas, Powell la rechaza y la humilla con un discurso sobre el pecado y la impureza. Finalmente, la asesina y esconde su cuerpo bajo el agua, atado a un coche en el fondo del río. La imagen de Willa, flotando entre las algas, es uno de los planos más bellos y aterradores del cine, un cuadro de pesadilla.

Con Willa muerta, Powell concentra sus esfuerzos en los niños. John resiste, Pearl es demasiado pequeña para comprender. La tensión crece hasta que, una noche, logran huir en una barca por el río. Aquí la película adopta un tono de fábula poética: los niños flotan mientras la cámara muestra animales nocturnos, campos y estrellas, como si la naturaleza fuera testigo de su huida.

Powell, incansable, los persigue a caballo. Su silueta proyectada contra el horizonte, cantando himnos religiosos, es una de las imágenes más escalofriantes de la historia del cine. Los niños encuentran refugio en la casa de Rachel Cooper (Lillian Gish), anciana que acoge a pequeños desamparados. Cooper representa la bondad inquebrantable y la fuerza de la maternidad protectora.

La confrontación final se produce cuando Powell llega a la casa y comienza un asedio nocturno. La anciana, armada con una escopeta, se enfrenta a él en un duelo de fe y resistencia. Powell, que hasta entonces había dominado con su carisma, encuentra en Rachel una fuerza incorruptible que lo desenmascara.

Finalmente, la policía lo arresta y el pueblo, antes rendido a su falso predicador, descubre la verdad. Los niños, a salvo, terminan bajo la custodia de Rachel. El film concluye con una frase que resume su fábula moral: “Los niños son fuertes, resisten y soportan.”


Recepción y censura

En 1955, La noche del cazador fue un fracaso estrepitoso. El público no supo cómo clasificarla: demasiado extraña para ser un drama, demasiado simbólica para ser cine negro, demasiado inquietante para el melodrama familiar. La crítica se mostró confusa, algunos la tacharon de artificiosa o de excesiva.

El propio Charles Laughton, herido por el fracaso, nunca volvió a dirigir. El film quedó como su primera y última experiencia tras la cámara.

Durante los años 60 y 70, el cine de autor europeo y los críticos de la Cahiers du Cinéma redescubrieron la película, alabando su audacia formal y su tono expresionista. En los 80 y 90, ya era considerada una obra maestra del cine americano. Hoy figura en todas las listas de los grandes clásicos de la historia.

No sufrió censura directa, pero su fracaso se debió en parte a la incomodidad de tratar temas como el fanatismo religioso y la violencia doméstica en clave poética.


Análisis temático

  • El bien y el mal: encarnados en los nudillos de Powell (LOVE/HATE), símbolo de la eterna lucha entre fuerzas opuestas.

  • Religión y fanatismo: el falso predicador manipula la fe para justificar el crimen, mientras Rachel Cooper representa la espiritualidad auténtica, basada en amor y cuidado.

  • El cuento de hadas oscuro: los niños huyen por un río que se convierte en escenario mítico, donde la naturaleza se alía con la inocencia contra la oscuridad.

  • El expresionismo visual: juegos de luces y sombras, encuadres teatrales y atmósfera onírica, herederos del cine mudo alemán.

  • La inocencia infantil: John y Pearl como depositarios de la esperanza y de la capacidad de resistencia frente al mal absoluto.


Curiosidades

  • Fue la única película dirigida por Charles Laughton, que nunca volvió a intentarlo tras su fracaso inicial.

  • Robert Mitchum consideró el papel de Harry Powell uno de los mejores de su carrera.

  • Lillian Gish, gran estrella del cine mudo, fue elegida como símbolo del cine clásico y de la maternidad protectora frente al villano moderno.

  • La imagen de Shelley Winters bajo el agua fue lograda con un maniquí de tamaño real en un tanque de estudio.

  • El plano de Powell cabalgando en la noche ha sido citado y homenajeado en decenas de películas posteriores.


Restauraciones y ediciones

  • Durante años circuló en copias de baja calidad.

  • En los años 80 fue restaurada y reivindicada por críticos europeos.

  • En 2002, la Criterion Collection lanzó una edición restaurada con material extra y entrevistas.

  • En 2010, la British Film Institute la incluyó entre las 100 mejores películas de todos los tiempos.

  • En 2014 fue seleccionada para el National Film Registry de Estados Unidos.

  • Actualmente se encuentra disponible en ediciones Blu-ray y en plataformas digitales en versiones restauradas en alta definición.


Herencia cultural

  • Influencia en cineastas: Terrence Malick tomó inspiración de la poética visual; David Lynch heredó el tono inquietante de fábula oscura; los Coen han citado la película como referente.

  • Parodias y homenajes: en Los Simpsons y otras series se ha homenajeado al predicador Powell con sus tatuajes LOVE/HATE.

  • Música y cultura popular: el canto de Powell (“Leaning on the Everlasting Arms”) es un himno reutilizado en múltiples producciones.

  • En la crítica: hoy se estudia como ejemplo de cine expresionista tardío dentro de Hollywood.


Bibliografía y fuentes

  • Grubb, Davis. The Night of the Hunter. Harper & Brothers, 1953.

  • Callow, Simon. Charles Laughton: A Difficult Actor. Methuen, 1987.

  • Kael, Pauline. 5001 Nights at the Movies. Henry Holt, 1982.

  • Eagan, Daniel. America’s Film Legacy. Continuum, 2010.

  • Criterion Collection: materiales de la edición especial de The Night of the Hunter.

  • Archivos de prensa de The New York Times y Variety (1955).


Conclusión

La noche del cazador es una fábula cinematográfica única, adelantada a su tiempo. En ella conviven el cuento infantil, la parábola bíblica, el expresionismo y el thriller psicológico. Laughton construyó un universo onírico donde el mal absoluto acecha, pero donde la inocencia y la bondad, aunque amenazadas, resisten.

El personaje de Harry Powell es uno de los villanos más memorables del cine: un lobo con piel de cordero, un demonio vestido de predicador que aterra con su sola presencia. Frente a él, la anciana Rachel Cooper encarna la resistencia tranquila, la fuerza de la compasión.

Su fracaso inicial fue una tragedia personal para Laughton, pero su redescubrimiento posterior lo elevó al olimpo del cine. Hoy es un film imprescindible, estudiado y reverenciado, cuya fuerza visual y emocional no se ha apagado.

Al final, como dice Rachel, los niños son fuertes. Y quizá esa sea la mayor enseñanza de la película: que la inocencia, aunque frágil, tiene la capacidad de sobrevivir al horror. 

La noche del cazador es, como pocas, una película irrepetible: única en estilo, en atmósfera y en poder simbólico. Un poema negro convertido en cine. Una fábula aterradora y al mismo tiempo luminosa. Su lugar en la historia está asegurado, no solo como obra maestra, sino como advertencia eterna sobre la naturaleza del mal y la resistencia del bien.


LA PELÍCULA EN IMÁGENES



















Ficha técnica 

Título original: The Night of the Hunter
Título en español: La noche del cazador
Año de estreno: 1955
País: Estados Unidos
Productora: Paul Gregory Productions / United Artists
Director: Charles Laughton
Guion: James Agee (basado en la novela de Davis Grubb, 1953)
Fotografía: Stanley Cortez
Música: Walter Schumann
Montaje: Robert Golden
Dirección artística: Hilyard M. Brown
Duración: 92 minutos
Estreno: 26 de julio de 1955 (EE. UU.)

Reparto principal
Robert Mitchum – Reverendo Harry Powell
Shelley Winters – Willa Harper
Lillian Gish – Rachel Cooper
Billy Chapin – John Harper
Sally Jane Bruce – Pearl Harper
James Gleason – Uncle Birdie Steptoe

Presupuesto: 795.000 dólares (aprox.)
Taquilla: fracaso inicial; recuperada en reposiciones posteriores
Premios: Ninguno en su estreno; hoy está en el National Film Registry (EE. UU.) y en la mayoría de listas de las mejores películas de la historia.