¿QUÉ FUE DE BABY JANE? (1962)

El ocaso de las estrellas convertido en pesadilla gótica

En 1962, cuando el cine de Hollywood se encontraba en plena transformación tras el declive del sistema de estudios y el auge de nuevas corrientes narrativas, llegó a las pantallas una película inesperada que rescataba elementos del cine gótico clásico, los mezclaba con melodrama psicológico y los envolvía en una trama de rivalidad fraterna, decadencia y crueldad. ¿Qué fue de Baby Jane? (What Ever Happened to Baby Jane?), dirigida por Robert Aldrich, se convirtió no solo en un éxito de taquilla, sino también en un hito cultural que renovó el interés por las viejas estrellas de Hollywood al mismo tiempo que inauguró un subgénero propio: el psycho-biddy o hagsploitation, donde actrices veteranas eran colocadas en relatos de terror psicológico y decadencia.

La película enfrentaba en pantalla a Bette Davis y Joan Crawford, dos de las actrices más legendarias de la era dorada de Hollywood, cuyas rivalidades profesionales y personales añadieron una capa extra de morbo y fascinación al proyecto. La historia de dos hermanas ex estrellas, recluidas en una mansión decadente, convertía la pantalla en un espejo cruel del paso del tiempo y la imposibilidad de mantener la gloria eterna.

¿Qué fue de Baby Jane? es un relato de terror íntimo y psicológico que expone el lado más oscuro del estrellato, la obsesión por la juventud perdida y el rencor familiar. Su vigencia no reside solo en el morbo de sus actrices, sino en la capacidad de Aldrich para construir una parábola amarga sobre la fama, la decadencia y la alienación, con ecos del gótico sureño y del melodrama hitchcockiano.


Argumento detallado

La película arranca en 1917, con la niña prodigio Baby Jane Hudson, una pequeña artista de variedades que triunfa en los escenarios con sus canciones edulcoradas, mientras su hermana mayor Blanche observa con envidia cómo la familia y el público rinden culto a la niña estrella.

La historia salta a los años treinta, en plena era dorada del cine sonoro. Ahora es Blanche Hudson (Joan Crawford) quien se ha convertido en una gran estrella de Hollywood, mientras la carrera de Baby Jane (Bette Davis), ya adulta, se desvanece en el olvido. Una rivalidad latente entre ambas culmina en un accidente misterioso: Blanche queda paralítica tras un choque de coche frente a la mansión familiar. El suceso marca el inicio de décadas de aislamiento y resentimiento.

Ya en los años sesenta, encontramos a ambas hermanas viviendo juntas en la misma casa en ruinas. Blanche está confinada a una silla de ruedas, cuidada por Jane, cuya mente se ha deteriorado hasta convertirse en una mujer infantil, cruel y dominada por delirios de grandeza. Jane trata a Blanche con sadismo: le sirve animales muertos como comida, la encierra en su habitación y la somete a humillaciones constantes.

El contraste entre ambas es brutal: Blanche, digna y serena, vive con resignación, mientras Jane, maquillada grotescamente como una muñeca infantil envejecida, representa la pesadilla de la niñez congelada en el tiempo.

La tensión se incrementa cuando Jane decide retomar su carrera y contrata a Edwin Flagg (Victor Buono), un músico oportunista, para que la acompañe al piano en sus delirantes ensayos. Mientras tanto, Blanche intenta pedir ayuda al mundo exterior, pero Jane, cada vez más paranoica, la vigila y castiga con mayor severidad.

En el clímax final, Jane huye con Blanche a la playa. Allí se revela la verdad: Blanche confiesa que fue ella, y no Jane, la responsable del accidente que la dejó paralítica. La culpa la había consumido en silencio durante décadas. Jane, liberada de la carga del rencor, se sumerge en una regresión infantil y baila entre la multitud en la arena, mientras Blanche agoniza en la camilla. La última imagen es a la vez trágica y poética: la niñez eterna convertida en locura, la verdad desvelada demasiado tarde.


Producción y rodaje

La idea de adaptar la novela de Henry Farrell (1960) surgió en un momento de crisis para las grandes divas de Hollywood. Tanto Bette Davis como Joan Crawford, iconos de los años treinta y cuarenta, habían visto declinar sus carreras en una industria que no ofrecía papeles complejos a mujeres maduras. Robert Aldrich, director audaz y de fuerte personalidad, vio la oportunidad de unir a ambas en un relato de decadencia que explotaba sus tensiones reales.

La producción fue compleja desde el inicio. Aunque ambas actrices aceptaron participar por necesidad profesional, la rivalidad entre Davis y Crawford alimentó el rodaje. Sus enfrentamientos, exagerados por la prensa, se convirtieron en parte de la leyenda de la película. El choque alcanzó su cénit en la ceremonia de los Óscar de 1963: Bette Davis fue nominada a Mejor Actriz, pero perdió frente a Anne Bancroft (El milagro de Ana Sullivan). Joan Crawford, en un gesto calculado, se ofreció a recoger el premio en nombre de Bancroft, disfrutando públicamente de la derrota de Davis.

El rodaje se realizó en Los Ángeles, en escenarios reales que acentuaban la atmósfera decadente. El director de fotografía Ernest Haller (que había ganado un Óscar por Lo que el viento se llevó) usó un blanco y negro expresivo, que reforzaba el tono gótico.

La música de Frank De Vol añadió tensión melodramática, especialmente en las secuencias donde Jane revive sus canciones infantiles, convertidas en cánticos siniestros.


Estilo visual y atmósfera

Aldrich construyó una película de horror gótico moderno, ambientado no en castillos europeos, sino en mansiones californianas en ruinas. La casa Hudson es un personaje más: sus pasillos sombríos, los muebles polvorientos y las jaulas de pájaros refuerzan la sensación de encierro y decadencia.

El contraste entre las apariencias y la realidad se plasma en el maquillaje grotesco de Jane: Bette Davis se pintó los labios y los ojos con trazos infantiles, como si se hubiera maquillado a sí misma sin espejo. Esa elección no solo resultaba chocante, sino que convertía su rostro en una máscara de locura y represión.

El blanco y negro, en plena era del color, fue una decisión estética que dotó al film de intemporalidad y que lo acercaba al expresionismo clásico. Las sombras alargadas, los encuadres cerrados y el uso de espejos refuerzan la sensación de alienación.


Personajes y actuaciones

  • Jane Hudson (Bette Davis): Su interpretación es una de las más audaces de su carrera. Davis no temió mostrarse grotesca, infantilizada y repulsiva. Su Jane es a la vez patética y aterradora: una niña atrapada en el cuerpo de una anciana.

  • Blanche Hudson (Joan Crawford): Crawford aporta el contrapunto de dignidad y contención. Su interpretación es más sobria, pero igual de intensa. Blanche encarna la víctima sacrificada, aunque su secreto final añade ambigüedad moral.

  • Edwin Flagg (Victor Buono): Músico vividor y oportunista, aporta humor negro y fue nominado al Óscar al Mejor Actor Secundario.

  • Los Castevet de la decadencia californiana: vecinos y figuras secundarias refuerzan la atmósfera de aislamiento y olvido.


Temas y simbolismo

  • El ocaso de las estrellas: la película es un comentario directo sobre el destino de las actrices de Hollywood al envejecer.

  • La rivalidad fraterna: el odio entre hermanas se convierte en metáfora del odio profesional entre Davis y Crawford, y de la competencia femenina en un sistema patriarcal.

  • La niñez eterna como maldición: Jane, incapaz de superar su pasado infantil, queda atrapada en una identidad grotesca.

  • La casa como prisión: el hogar se convierte en espacio de tortura y en símbolo de la decadencia del viejo Hollywood.

  • Culpa y redención: la confesión final de Blanche subvierte el relato, revelando que el verdadero monstruo no es Jane, sino la culpa no confesada.


Recepción crítica

En su estreno, la película fue un éxito comercial y crítico. La crítica alabó la valentía de Davis y Crawford, aunque algunas voces consideraron que rozaba lo explotativo. Fue nominada a cinco premios Óscar, incluyendo Mejor Actriz (Bette Davis), Mejor Actor Secundario (Victor Buono) y Mejor Vestuario, con la victoria de Ruth Gordon como Mejor Actriz Secundaria en otro film como coincidencia curiosa.

El público respondió con entusiasmo, atraído por el morbo del enfrentamiento entre las dos divas. La película recaudó más de 9 millones de dólares, cifra notable para la época.


Legado e influencia

  • Inauguró el subgénero conocido como psycho-biddy o hagsploitation, donde actrices veteranas interpretaban papeles grotescos y perturbadores (ej. Canción de cuna para un cadáver, 1964).

  • Revalorizó las carreras de Davis y Crawford, aunque su enemistad se intensificó hasta convertirse en mito.

  • Fue analizada en clave feminista como alegoría de la explotación de las mujeres en Hollywood.

  • Inspiró homenajes en televisión, teatro y en la serie Feud: Bette and Joan (2017), que dramatizó la rivalidad entre las actrices durante el rodaje.

  • Se considera hoy una de las grandes películas de terror psicológico del siglo XX.


Curiosidades

  • Bette Davis se maquilló a sí misma para acentuar el carácter grotesco de Jane.

  • Joan Crawford exigió un tratamiento más glamuroso en su caracterización, lo que subrayó la diferencia entre ambas.

  • Durante el rodaje, se cuenta que Davis golpeó a Crawford en una escena más fuerte de lo previsto, y que Crawford se vengó llenando los bolsillos de piedras en una escena donde Davis debía arrastrarla.

  • El Edificio Dakota, usado en La semilla del diablo (1968), fue considerado como localización inicial, pero se descartó.

  • Victor Buono, con solo 24 años, se convirtió en una revelación cómica y perturbadora a la vez.


Conclusión

¿Qué fue de Baby Jane? es mucho más que un enfrentamiento entre dos estrellas en decadencia. Es una obra sobre la crueldad del tiempo, la fragilidad de la identidad y el peso de la culpa. Robert Aldrich creó un relato gótico moderno donde los monstruos no son criaturas sobrenaturales, sino mujeres atrapadas por su pasado, por sus familias y por una industria que las devoró.

El film conmueve y perturba porque nos muestra la tragedia de una infancia que nunca se supera, de una gloria que se transforma en caricatura. Jane Hudson, con su maquillaje de muñeca rota, sigue siendo una de las imágenes más escalofriantes de la historia del cine.

La confesión final de Blanche convierte la historia en un relato de ironía cruel: toda la vida culpando a la hermana equivocada. La monstruosidad de Jane, en el fondo, no era más que el reflejo de un secreto silenciado.

En definitiva, ¿Qué fue de Baby Jane? es una obra maestra del terror psicológico, una parábola sobre el Hollywood que devora a sus estrellas y sobre la eterna pregunta de qué queda de nosotros cuando el aplauso desaparece. Jane Hudson murió siendo niña, y el resto de su vida fue la pesadilla de no poder dejar de serlo.


LA PELÍCULA EN IMÁGENES































Ficha técnica

  • Título en español: ¿Qué fue de Baby Jane?

  • Título original: What Ever Happened to Baby Jane?

  • Año de estreno: 1962

  • País: Estados Unidos

  • Director: Robert Aldrich

  • Guion: Lukas Heller, basado en la novela de Henry Farrell

  • Producción: Robert Aldrich Productions / Warner Bros.

  • Fotografía: Ernest Haller

  • Música: Frank De Vol

  • Duración: 134 min

  • Reparto principal:

    • Bette Davis (Jane Hudson)

    • Joan Crawford (Blanche Hudson)

    • Victor Buono (Edwin Flagg)

    • Maidie Norman, Marjorie Bennett, Anna Lee