SIMBAD Y LA PRINCESA (1958)
Ray Harryhausen y la epopeya fantástica moderna
En 1958 el cine fantástico vivió una auténtica revolución. Hasta entonces, el género había oscilado entre el terror gótico de Universal en los años treinta y cuarenta, la ciencia ficción de serie B de los cincuenta y algunos experimentos aislados en la fantasía mitológica. Fue entonces cuando Ray Harryhausen, maestro de la animación stop-motion, decidió trasladar al cine la esencia de Las mil y una noches con un proyecto ambicioso que combinaría aventuras clásicas, romance, exotismo oriental y, sobre todo, criaturas imposibles.
El resultado fue Simbad y la princesa (The 7th Voyage of Sinbad), una película que, pese a su presupuesto modesto, marcó un antes y un después en el cine de fantasía. Era la primera vez que se veía en color a monstruos animados integrados con actores reales gracias a la técnica del Dynamation, patentada por Harryhausen, y la primera gran aventura mitológica que conquistaba tanto al público juvenil como al adulto.
Esta película no solo consolidó a Harryhausen como figura clave en los efectos especiales, sino que también inauguró una tradición de epopeyas fantásticas que se prolongaría con títulos como Jason y los argonautas (1963) o Furia de titanes (1981). Más de seis décadas después, sigue siendo una referencia ineludible para todo amante del género.
Sinopsis
La historia comienza con Simbad (Kerwin Mathews), un intrépido marinero árabe, que navega hacia Bagdad acompañado de su prometida, la princesa Parisa (Kathryn Grant). Su matrimonio simboliza la unión de dos reinos enfrentados, lo que traerá paz a la región.
En plena travesía, el navío rescata a un náufrago singular: el mago Sokurah (Torin Thatcher), que huye de la isla de Colossa tras enfrentarse a un monstruo ciclópeo. Durante la huida, Sokurah perdió su lámpara mágica, un objeto de gran poder que guarda un genio infantil llamado Barani.
Ya en Bagdad, Sokurah insiste en que Simbad regrese a Colossa para recuperar su lámpara. Ante la negativa del califa, el mago recurre a un siniestro conjuro: reduce mágicamente a la princesa Parisa al tamaño de una muñeca. Solo una concha mágica que se encuentra en Colossa puede devolverla a su forma original.
Simbad no tiene elección. Embarca con su tripulación en una expedición llena de peligros, siempre acompañado por el taimado Sokurah, que oculta sus verdaderas intenciones. En su periplo se enfrentan a:
-
El cíclope: un monstruo gigantesco de un solo ojo, que devora a los marineros y cuya fuerza brutal aterroriza a todos.
-
El pájaro Roc: un ave colosal de dos cabezas que arranca a los hombres del suelo y los devora.
-
El esqueleto viviente: armado con espada y escudo, libra un duelo inolvidable contra Simbad, anticipando batallas míticas que Harryhausen perfeccionaría años después.
-
La magia de Sokurah: hechizos, dragones y trampas que ponen a prueba el valor del héroe.
Finalmente, tras un enfrentamiento épico en las cuevas de Colossa, Simbad derrota a Sokurah y recupera la concha mágica. La princesa vuelve a su tamaño natural y la paz queda sellada entre los reinos.
Contexto de la producción
Ray Harryhausen y el salto a la fantasía
Después de experimentar con criaturas prehistóricas (La bestia de otro planeta, 1953) y monstruos alienígenas (20 millones de millas a la Tierra, 1957), Harryhausen sintió la necesidad de explorar un terreno más imaginativo. Inspirado por las lecturas de Las mil y una noches y por su fascinación infantil por King Kong (1933), decidió crear una epopeya de aventuras que reuniera lo mejor de ambos mundos: el exotismo oriental y el espectáculo de criaturas fantásticas.
Producción con presupuesto ajustado
El productor Charles H. Schneer, socio habitual de Harryhausen, aceptó el reto bajo el sello de Morningside Productions. Columbia Pictures se interesó en el proyecto, aunque asignó un presupuesto modesto: unos 650.000 dólares. Para abaratar costes, muchas escenas se rodaron en Mallorca y otras localizaciones españolas, que aportaron un aire exótico y mediterráneo.
El director: Nathan Juran
Nathan Juran, veterano del género fantástico (20 Million Miles to Earth), fue el encargado de dirigir la cinta. Aunque no era un director con gran prestigio, supo manejar el ritmo narrativo y dejar espacio a los efectos de Harryhausen, auténtico corazón de la película.
La música de Bernard Herrmann
Uno de los grandes aciertos fue contar con la música de Bernard Herrmann, colaborador habitual de Orson Welles y Alfred Hitchcock. Herrmann creó una partitura vibrante, con ecos orientales y pasajes épicos, que elevó la película a un nivel superior y contribuyó decisivamente a su atmósfera mágica.
Personajes y actuaciones
-
Kerwin Mathews (Simbad): encarna al héroe clásico, noble y valiente. Aunque su interpretación pueda parecer ingenua hoy, fue ideal para un público juvenil.
-
Kathryn Grant (Princesa Parisa): aporta dulzura y romanticismo, aunque su papel se reduce en gran medida a ser víctima del hechizo.
-
Torin Thatcher (Sokurah): el verdadero motor dramático. Su voz grave y su presencia imponente lo convierten en un villano memorable, precursor de muchos magos oscuros posteriores en el cine.
-
Richard Eyer (Barani, el genio): un toque de inocencia y ternura en medio de la acción.
-
Alec Mango y Harold Kasket: completan el reparto como el califa y el sultán, representando la autoridad política.
El carisma de los actores quedó eclipsado por las criaturas de Harryhausen, que fueron las verdaderas estrellas de la función.
Estilo visual y narrativo
-
Dynamation: la técnica de Harryhausen permitió integrar miniaturas animadas con actores reales. Cada criatura se rodaba en stop-motion y luego se superponía a la acción en vivo.
-
El color Eastmancolor: realzaba el exotismo de los escenarios y vestuarios, con tonos cálidos y saturados.
-
Ritmo narrativo: la película se estructura como una sucesión de pruebas, cada una más peligrosa, lo que recuerda a las epopeyas clásicas como La Odisea.
-
Iconografía mítica: el cíclope recuerda al minotauro griego; el esqueleto, a las danzas macabras medievales; el Roc, a leyendas árabes.
Temas y simbolismo
-
El poder corrompido: Sokurah simboliza la ambición desmedida y el uso maligno del conocimiento.
-
El viaje del héroe: Simbad debe superar obstáculos y sacrificios para consolidarse como líder.
-
La unión de culturas: el matrimonio de Simbad y Parisa representa la paz alcanzada a través de la cooperación.
-
La fantasía como evasión: en pleno contexto de la Guerra Fría, el público buscaba escapar de la realidad a través de historias mágicas.
Recepción
El estreno en 1958 fue un éxito inmediato. La crítica estadounidense la describió como “un derroche de imaginación” y “una fantasía irresistible para niños y adultos”. En taquilla multiplicó varias veces su presupuesto y se convirtió en uno de los mayores éxitos de Columbia de aquel año.
En España llegó en 1960, con gran repercusión en cines de sesión doble. El público infantil la acogió con entusiasmo, y el doblaje castellano reforzó su carácter de cuento oriental.
Aunque no ganó el Oscar a mejores efectos visuales, su nominación confirmó el prestigio creciente de Harryhausen.
Legado e influencia
-
Inicio de la trilogía: seguida por El viaje fantástico de Simbad (1973) y Simbad y el ojo del tigre (1977).
-
El cíclope: una de las criaturas más icónicas de Harryhausen, reproducida en juguetes, ilustraciones y homenajes.
-
Inspiración directa: allanó el camino para Jason y los argonautas (1963), considerada su obra maestra.
-
Influencia en el género: sentó las bases del cine de aventuras fantásticas que explotaría en los 70 y 80.
-
Estatus de culto: hoy se considera una obra fundamental del cine fantástico, proyectada en ciclos y festivales especializados.
Conclusión
Simbad y la princesa (1958) no fue solo una película de aventuras; fue el inicio de un universo en el que la imaginación vencía a las limitaciones presupuestarias. Con sus criaturas inolvidables, su partitura majestuosa y su tono de cuento atemporal, marcó la infancia de millones de espectadores y abrió un camino que otros directores seguirían durante décadas.
Ray Harryhausen demostró que un hombre y su paciencia podían crear mundos tan sólidos como los de cualquier superproducción. Más de sesenta años después, la magia de Simbad y la princesa sigue intacta: un recordatorio de que el cine fantástico es, ante todo, el arte de soñar en imágenes.
LA PELÍCULA EN IMÁGENES
Ficha técnica
Título original: The 7th Voyage of Sinbad
Título en España: Simbad y la princesa
Año de estreno: 1958
País: Estados Unidos
Idioma original: Inglés
Duración: 88 minutos
Formato: Color (Eastmancolor) – 1.66:1 – Mono
Clasificación: Apta para todos los públicos
Producción
-
Estudio: Morningside Productions (compañía de Ray Harryhausen y Charles H. Schneer)
-
Productores: Charles H. Schneer y Ray Harryhausen
-
Distribuidora: Columbia Pictures
-
Presupuesto: ~650.000 dólares (ajustado, pero alto para una película de efectos en la época)
-
Rodaje: exteriores en Mallorca y estudios en Hollywood
Equipo creativo
-
Dirección: Nathan Juran
-
Guion: Kenneth Kolb (inspirado en Las mil y una noches)
-
Fotografía: Wilkie Cooper
-
Montaje: Edwin H. Bryant
-
Música: Bernard Herrmann
-
Dirección artística: William Andrews y George Troast
-
Efectos visuales: Ray Harryhausen (Dynamation / stop-motion)
Reparto principal
-
Kerwin Mathews – Simbad
-
Kathryn Grant – Princesa Parisa
-
Torin Thatcher – Sokurah, el mago
-
Richard Eyer – Barani, el genio
-
Alec Mango – Caliph
-
Harold Kasket – Sultán
Estreno y premios
-
Estreno en EE. UU.: 5 de diciembre de 1958
-
Estreno en España: 1960
-
Premios: nominada al Oscar a mejores efectos visuales especiales; nominada al Premio Hugo (1960)