EL SILENCIO DE LOS CORDEROS (1991)
Cuando el mal mira a los ojos
Clarice Starling (Jodie Foster), brillante estudiante de la academia del FBI, es reclutada por su superior, Jack Crawford (Scott Glenn), para entrevistar a un recluso muy especial: el doctor Hannibal Lecter (Anthony Hopkins), psiquiatra de prestigio convertido en asesino caníbal. La intención de Crawford es que Lecter colabore en la captura de otro asesino en serie, Jame “Buffalo Bill” Gumb (Ted Levine), que secuestra y despelleja a sus víctimas.
El encuentro entre Clarice y Lecter inicia un perverso intercambio: él ofrece pistas sobre Buffalo Bill a cambio de que Clarice le revele detalles íntimos de su vida y de los traumas de su infancia. La relación se convierte en un juego de poder en el que ambos se estudian mutuamente.
Mientras el FBI intenta localizar a Buffalo Bill, este secuestra a Catherine Martin, hija de una senadora, lo que precipita la investigación. Lecter, trasladado a otra prisión, logra escapar en una de las escenas más memorables del cine de suspense.
El clímax llega cuando Clarice, investigando sola, descubre el escondite de Buffalo Bill: un sótano oscuro donde mantiene prisionera a Catherine. Tras una tensa persecución en completa oscuridad, Clarice logra abatirlo. Sin embargo, el film no concluye en paz: Hannibal Lecter, ya libre, telefonea a Clarice desde un lugar exótico, insinuando que va a “cenar con un viejo amigo”.
A comienzos de los
años 90, el cine de asesinos en serie apenas había tenido referentes sólidos
fuera del terreno del slasher de los 80. El estreno de El
silencio de los corderos cambió para siempre la percepción del público
y la crítica: ya no se trataba de un asesino enmascarado persiguiendo
adolescentes, sino de un duelo psicológico entre una joven agente del FBI y un
psiquiatra caníbal de refinada inteligencia.
La película, dirigida
por Jonathan Demme a partir de la novela de Thomas Harris, combinaba lo mejor
del thriller policíaco, el horror psicológico y el drama de personajes. Fue un
éxito arrollador, conquistando taquillas y premios, y sobre todo generando una
de las figuras más icónicas de la historia del cine: Hannibal Lecter,
interpretado por Anthony Hopkins.
Más de treinta
años después, sigue siendo referencia obligada en cualquier listado de los
mejores thrillers de todos los tiempos.
Contexto de producción
-
De la novela a la pantalla: Thomas Harris había creado al personaje de Hannibal Lecter en El dragón rojo (1981), pero fue su segunda novela, El silencio de los corderos (1988), la que convirtió al personaje en fenómeno editorial. Orion Pictures adquirió rápidamente los derechos.
-
Gene Hackman, director frustrado: inicialmente iba a dirigir y protagonizar la película, pero abandonó el proyecto tras considerar que la violencia era excesiva.
-
Jonathan Demme al mando: conocido por películas más ligeras como Algo salvaje o Casada con todos, Demme sorprendió al abordar un thriller tan oscuro, aportando un equilibrio entre crudeza y sensibilidad.
-
Casting:
-
Jodie Foster luchó por el papel de Clarice, que primero se ofreció a Michelle Pfeiffer, Meg Ryan y otras actrices. Foster, que venía de ganar el Óscar por Acusados, aportó credibilidad y vulnerabilidad al personaje.
-
Anthony Hopkins fue elegido tras brillar en teatro y cine británico. El propio Demme dijo que su audición “fue como un rayo”. Hopkins se inspiró en asesinos reales como Ed Gein y Ted Bundy, pero también en personajes refinados como Truman Capote.
-
Ted Levine dio vida a Buffalo Bill con un enfoque inquietante y ambiguo, que generó polémica en su día por la representación de la identidad sexual.
-
-
Rodaje en localizaciones reales: gran parte del film se rodó en Pensilvania, incluyendo la prisión estatal de Western, lo que aportó realismo.
-
Preparación intensa: Jodie Foster trabajó estrechamente con el FBI y entrevistó a agentes para construir a Clarice como una profesional creíble. Hopkins ensayó movimientos mínimos, miradas fijas y una voz contenida que resultó aterradora.
Estilo visual y narrativo
-
Uso del primer plano: Demme pidió a los actores que miraran directamente a cámara en muchas escenas, generando la sensación de que interpelan al espectador. Esta técnica hace que las entrevistas entre Clarice y Lecter sean casi hipnóticas.
-
Minimalismo y tensión: a pesar de tratarse de un thriller, el film rehúye de persecuciones espectaculares. La tensión se construye en los silencios, en las conversaciones y en los espacios cerrados (celdas, sótanos).
-
Diseño sonoro: la voz de Lecter se convirtió en parte esencial del terror. Hopkins trabajó un timbre calmado y reptante, mezclado con pausas inquietantes.
-
Música de Howard Shore: compuesta antes de El Señor de los Anillos, aquí opta por un tono oscuro y sobrio, que acompaña sin sobresalir, reforzando la opresión psicológica.
-
Contraste de escenarios: del frío institucional de la academia del FBI al ambiente gótico de la celda de Lecter, pasando por el sótano de Buffalo Bill, que parece sacado de una pesadilla expresionista.
Temas y simbolismo
-
El mal como fascinación: Lecter es refinado, culto y educado, lo que lo hace aún más aterrador. Representa la atracción peligrosa del espectador hacia la oscuridad.
-
Clarice como heroína feminista: en un entorno dominado por hombres, Clarice debe demostrar constantemente su valía. Su relación con Lecter es la de un aprendiz con un maestro oscuro, pero ella logra imponerse y crecer.
-
Los corderos y el trauma: el título alude a un recuerdo infantil de Clarice, incapaz de salvar a unos corderos sacrificados. El trauma simboliza la lucha contra el sufrimiento inocente, que ella intenta expiar salvando a las víctimas.
-
La identidad fragmentada: Buffalo Bill representa la obsesión por la transformación, con un uso del cuerpo femenino como disfraz macabro. Lecter, por su parte, se “devora” a sí mismo y a los demás.
-
El monstruo humano: frente a los vampiros, momias o monstruos clásicos, aquí el mal es humano, real y psicológico, lo que lo hace más perturbador.
Recepción
La película fue un éxito de crítica y taquilla. Costó apenas 19 millones y recaudó más de 270 millones. Críticos como Roger Ebert la calificaron de “obra maestra del suspense”.
Ganó los cinco Óscar principales, hazaña solo lograda antes por Sucedió una noche (1934) y Alguien voló sobre el nido del cuco (1975). Además, Hopkins y Foster se convirtieron en referentes instantáneos.
En España, estrenada en abril de 1991, la prensa especializada como Fotogramas o Dirigido por la ensalzó como un nuevo clásico, destacando especialmente la interpretación de Hopkins.
Legado e influencia
-
El Hannibal-verse: tras el éxito, siguieron Hannibal (2001), Red Dragon (2002), Hannibal Rising (2007) y la serie Hannibal (2013–2015). Ninguna logró el mismo impacto, pero consolidaron al personaje como mito cultural.
-
Influencia directa: películas como Seven (1995), Copycat (1995), El coleccionista de huesos (1999) o Zodiac (2007) deben mucho a su enfoque psicológico y realista.
-
Iconografía cultural: la máscara de Lecter, la frase “con un buen Chianti”, el sótano de Buffalo Bill y el diálogo de los corderos forman parte del imaginario colectivo.
-
Impacto académico: la película se estudia en universidades en áreas de criminología, género, psicología y cine.
-
Reconocimientos: el AFI colocó a Hannibal Lecter como el villano número uno del cine, y Clarice Starling como una de las grandes heroínas.
Conclusión
El silencio de los corderos es mucho más que un thriller o una película de terror psicológico: es una reflexión sobre el poder del mal, la lucha por la identidad y la resiliencia frente al horror.
Jonathan Demme, Jodie Foster y Anthony Hopkins construyeron una obra inmortal, que logró unir a crítica y público, convirtiéndose en referente cultural y en una de las películas más influyentes de finales del siglo XX.
Treinta años después, su capacidad para incomodar, fascinar y aterrorizar sigue intacta. Porque, como demostró Lecter, el verdadero horror no está en lo sobrenatural, sino en la mente humana.
LA PELÍCULA EN IMÁGENES
Ficha técnica
Título original: The Silence of the Lambs
Título en España: El silencio de los corderos
Año de estreno: 1991
País: Estados Unidos
Idioma original: Inglés
Duración: 118 minutos
Formato: Color – 1.85:1
Clasificación: R en EE. UU. / Mayores de 18 en España
Producción
Estudio: Strong Heart/Demme Production
Distribuidora: Orion Pictures
Productores: Edward Saxon, Kenneth Utt, Ronald M. Bozman
Presupuesto: ~19 millones de dólares
Recaudación: +270 millones de dólares en todo el mundo
Equipo creativo
Dirección: Jonathan Demme
Guion: Ted Tally (adaptación de la novela de Thomas Harris, 1988)
Fotografía: Tak Fujimoto
Montaje: Craig McKay
Diseño de producción: Kristi Zea
Música: Howard Shore
Reparto principal
Jodie Foster – Clarice Starling
Anthony Hopkins – Dr. Hannibal Lecter
Scott Glenn – Jack Crawford
Ted Levine – Jame “Buffalo Bill” Gumb
Anthony Heald – Dr. Frederick Chilton
Brooke Smith – Catherine Martin
Estreno y premios
Estreno en EE. UU.: 14 de febrero de 1991
Estreno en España: abril de 1991
Premios:
5 Premios Óscar (Película, Director, Actor, Actriz, Guion Adaptado)
Globo de Oro a Mejor Actriz (Jodie Foster)
BAFTA a Mejor Actor (Anthony Hopkins)
Premios del Sindicato de Guionistas y Críticos de Nueva York
Lecter elegido por el AFI como el mejor villano del cine