EL INFIERNO (1911)
El descenso de Dante en la primera gran superproducción del cine italiano
En 1911, cuando el cine mundial aún estaba dando sus primeros pasos hacia el largometraje narrativo, Italia sorprendió al mundo con una obra monumental: L’Inferno. Dirigida por Francesco Bertolini, Adolfo Padovan y Giuseppe de Liguoro, esta película muda de más de una hora de duración fue la primera adaptación cinematográfica de La Divina Comedia de Dante Alighieri y, a su vez, la primera gran superproducción de la historia del cine italiano.
La película supuso un punto de inflexión. Hasta entonces, el cine se había desarrollado sobre todo en cortometrajes y piezas breves de carácter documental, cómico o fantástico. L’Inferno demostró que el cine podía aspirar a ser arte mayor, capaz de trasladar a la pantalla las grandes obras literarias con un despliegue visual sin precedentes.
Estrenada en 1911 para coincidir con el 50º aniversario de la unificación italiana, la película fue recibida como un acontecimiento cultural y patriótico. Su éxito internacional fue inmediato: se distribuyó en toda Europa y en Estados Unidos, donde generó beneficios millonarios para su productora, la Società Film d’Arte Italiana.
Más de un siglo después, L’Inferno conserva intacto su poder de fascinación. Sus imágenes de condenados, demonios, monstruos y paisajes infernales, inspiradas en las ilustraciones de Gustave Doré, siguen siendo un hito en la historia del cine fantástico y una prueba del potencial del séptimo arte en su infancia.
Argumento detallado
La película adapta el Infierno de Dante, primera parte de La Divina Comedia.
El poeta Dante Alighieri, perdido en una selva oscura que simboliza el extravío moral, es rescatado por el espíritu del poeta latino Virgilio, quien lo guiará a través de los nueve círculos infernales.
El viaje se estructura como una sucesión de episodios alegóricos y visionarios, donde cada círculo castiga a los pecadores de acuerdo con sus faltas:
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En el vestíbulo del Infierno, los indecisos corren eternamente tras una bandera.
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En el río Aqueronte, el barquero Caronte conduce las almas hacia la condena.
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En el segundo círculo, los lujuriosos son arrastrados por un torbellino sin fin. Aquí aparece el episodio de Paolo y Francesca, amantes trágicos que confiesan su pecado a Dante.
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En el tercer círculo, los glotones yacen en el fango bajo la lluvia pestilente.
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En el cuarto círculo, los avaros y pródigos empujan rocas en un castigo absurdo.
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En el quinto círculo, los iracundos se golpean en la laguna Estigia.
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En los círculos más bajos, los herejes arden en tumbas de fuego, los violentos hierven en ríos de sangre y los traidores permanecen congelados en el hielo del Cocito.
La culminación llega con la aparición de Lucifer, un gigante monstruoso que mastica eternamente a los tres mayores traidores de la humanidad: Judas, Bruto y Casio. Dante y Virgilio descienden por su cuerpo hasta alcanzar la salida, rumbo al purgatorio.
La película termina con la visión de Dante y Virgilio ascendiendo hacia la luz, tras haber contemplado las profundidades del horror.
Producción y rodaje
La gestación de L’Inferno fue una empresa colosal para la época. Con un presupuesto de más de un millón de liras, la producción se prolongó durante más de tres años. El objetivo no era solo rodar una película, sino crear un espectáculo nacional que situara al cine italiano a la vanguardia cultural.
Los directores Bertolini, Padovan y De Liguoro coordinaron un equipo que trabajó con decorados gigantescos, efectos especiales artesanales y centenares de figurantes. La influencia de las ilustraciones de Gustave Doré sobre La Divina Comedia fue decisiva: muchos encuadres reproducen casi literalmente sus grabados, lo que confirió al film una dimensión plástica reconocible y monumental.
El rodaje combinó decorados teatrales con innovadores trucajes cinematográficos: superposiciones, transparencias, maquetas y dobles exposiciones. Estos recursos dieron vida a demonios que se desvanecen, cuerpos que flotan, gigantescos monstruos y paisajes imposibles.
El resultado fue tan espectacular que el público de la época, poco acostumbrado a narraciones largas y a efectos tan sofisticados, quedó absolutamente impactado.
Estilo visual y atmósfera
El estilo de L’Inferno está marcado por la influencia del teatro y del grabado clásico. Los planos son en su mayoría estáticos, con la acción organizada en profundidad escénica, como si el espectador contemplara un escenario. Sin embargo, la película supera la rigidez teatral gracias a sus efectos visuales, que abren una dimensión fantástica inédita.
La fotografía en blanco y negro, con abundante uso de claroscuro, crea un tono sombrío y trascendente. Las imágenes de cuerpos desnudos, demonios alados, tormentos y paisajes infernales resultaban audaces y transgresoras en 1911.
La película logra un equilibrio entre horror y lirismo: el sufrimiento de los condenados es brutal, pero la composición de cada plano recuerda a una pintura renacentista o a una estampa romántica.
Personajes y actuaciones
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Dante (Salvatore Papa): encarna al poeta, serio y contemplativo, observador moral del viaje.
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Virgilio (Arturo Pirovano): guía sabio y sereno, contrapunto a la angustia de Dante.
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Cristianos y condenados: decenas de figurantes que representan a pecadores célebres (Paolo y Francesca, el Conde Ugolino, Judas, Bruto, Casio).
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Lucifer: un coloso infernal que cierra la obra con un impacto visual inolvidable.
Las interpretaciones, heredadas del teatro, son exageradas en gestos, pero la solemnidad de los actores refuerza la dimensión alegórica.
Temas y simbolismo
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Moral cristiana: el film sigue la visión de Dante sobre el castigo eterno como reflejo de la justicia divina.
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El viaje como metáfora: Dante representa al hombre que, tras perderse en el pecado, busca la redención a través del conocimiento del mal.
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La imagen como catequesis moderna: la película traslada al cine el papel que tuvieron las ilustraciones medievales y los frescos en explicar la doctrina a un público amplio.
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El cuerpo como espacio del castigo: la fisicidad de los tormentos anticipa la imaginería del cine de horror corporal.
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Patriotismo y cultura: la obra funcionó también como afirmación de la grandeza cultural italiana en el marco del 50º aniversario de la unificación.
Recepción crítica
En su estreno, L’Inferno fue un éxito sin precedentes. En Italia fue aclamada como la primera gran película nacional. En Estados Unidos recaudó más de dos millones de dólares, lo que la convirtió en la producción italiana más rentable de la época.
La crítica, aunque sorprendida por la crudeza de algunas imágenes, elogió la ambición artística. Algunos sectores religiosos la consideraron incluso un medio eficaz para difundir la moral dantesca entre el público.
Con el paso del tiempo, fue algo olvidada, pero en la segunda mitad del siglo XX fue redescubierta como pieza clave de la historia del cine, restaurada y proyectada en festivales de cine mudo.
Legado e influencia
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Primera adaptación cinematográfica de La Divina Comedia y primera gran superproducción italiana.
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Influencia en cineastas europeos y estadounidenses, que vieron en ella el potencial del largometraje como forma artística.
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Su imaginería influyó en el cine de horror, en el expresionismo alemán y en representaciones posteriores del infierno en teatro y ópera.
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Considerada precursora del género fantástico y de terror.
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Inspiración visual para filmes posteriores sobre el más allá, desde Cabiria (1914) hasta Metropolis (1927).
Curiosidades
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El presupuesto, más de un millón de liras, era colosal para la época.
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Muchos planos imitan de forma exacta las ilustraciones de Gustave Doré.
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Fue la primera película italiana proyectada masivamente en Estados Unidos.
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Provocó algunos escándalos por mostrar cuerpos desnudos en pantalla, algo poco habitual en 1911.
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Hoy es considerada la primera “superproducción de terror” de la historia.
Conclusión
L’Inferno (1911) es una obra fundacional del cine. No solo demostró que el cine podía abordar grandes obras literarias y temas trascendentes, sino que lo hizo con una potencia visual que aún hoy conmueve. Fue, en su tiempo, una catedral cinematográfica: ambiciosa, monumental, destinada a impresionar y educar.
Su fuerza no reside solo en la fidelidad a Dante, sino en la capacidad de trasladar al espectador la angustia, la belleza y el horror del Infierno. El film marca el inicio de la tradición del cine italiano como arte monumental, que culminaría en Cabiria y en el neorrealismo décadas más tarde.
Más de un siglo después, sigue siendo un espectáculo único, testimonio de la ambición artística de un cine que apenas nacía, pero que ya soñaba con representar lo inefable. Con L’Inferno, el cine descendió por primera vez a los círculos del Averno y regresó consagrado como arte eterno.
LA PELÍCULA EN IMÁGENES
Ficha técnica
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Título en español: El infierno
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Título original: L’Inferno
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Año de estreno: 1911
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País: Italia
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Directores: Francesco Bertolini, Adolfo Padovan, Giuseppe de Liguoro
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Guion: Basado en La Divina Comedia de Dante Alighieri
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Producción: Società Film d’Arte Italiana
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Fotografía: Emilio Roncarolo
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Duración: 68 min aprox.
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Reparto principal:
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Salvatore Papa (Dante)
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Arturo Pirovano (Virgilio)
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Augusto Milla (Farinata)
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Giuseppe de Liguoro (Lucifer)
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